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jueves, 28 de julio de 2022

Qué antibíblicos son los tatuajes

Para los lejanos tiempos de mi infancia hacían tatuajes en sus cuerpos los marinos, los reclusos y las personas, en general, de mala extracción social. Siempre tales cosas se vieron como costumbres repulsivas.

Hoy, no solo se generalizó tal cosa, sino que, desde dentro de la Iglesia, no falta los que la defienden. Grupos musicales que se levantan en el ministerio, pronto olvidan que su llamado es a cantar, no a enseñar. Así los ve de pronto dando conferencias magistrales en las que, por defender, defienden entre otras cosas, el tatuaje. Representa para ellos un eficaz método evangelizador. Bien harían en recordar el refranero popular: “Zapatero a tu zapato”.

No hay un solo argumento bíblico a favor de la práctica del tatuaje, todo lo contrario. Levítico 19, que no es un código legal, sino de santidad, afirma en el versículo 28: “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová”.

No se tienden puentes misioneros haciendo un algo así; ni se contextualiza el cristiano tatuándose, a fin de alcanzar a los que tales cosas hacen. El médico está para curar al enfermo, no para enfermarse con él. Háblele de Cristo al tatuado; no se tatúe con él. Ofende la santidad de Dios en usted.



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