Son los tiempos del fin. Crece el odio. Los tiradores no respetan escuelas ni hospitales, niños ni enfermos. Es el odio.
El 24 de mayo de 2022, un joven armado con un rifle de asalto irrumpió en la escuela de Uvalde, Texas, y comenzó a disparar. Murieron diecinueve niños y dos maestras. Una escuela.
El 1 de junio, solo una semana después, un hombre armado entró a un centro médico en Tulsa, Oklahoma, y disparó contra todo el que encontró en su camino. Cuatro personas que nada le hicieron murieron. Un hospital.
Una escuela. Un hospital. Suelen ser cobardes los que odian así. No disparan contra unidades militares, con hombres armados. Una escuela de niños, un hospital de enfermos... Suelen aunarse el odio y la cobardía. Ese es su fruto.
El amor está devaluado en los tiempos del fin, y como se necesita un valor descomunal para amar porque el mundo no inspira amor, los cobardes, llenos de odio, arremeten contra los más vulnerables. Ellos no podrán defenderse.
Según reportes de CNÑ, en lo que va de año han tenido lugar, en los Estados Unidos, trescientos dieciocho tiroteos masivos. Si divide esa cifra por los ciento ochenta y tres días transcurridos desde enero advertirá que toca a más de un tiroteo diario.
No espere otra cosa. Son los tiempos del fin. Tiempos para odios, odios que son más enfáticos en los cobardes. A sus propulsores del mundo de las tinieblas les queda poco tiempo. Lo saben. Es el fin.
Tiempos para cobardes que odian. No tuvieron el valor de amar, siquiera de vivir, "...y no se fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová" (Jer. 9: 3).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.