José Martí vivía preocupado por el despotismo dictatorial del general Máximo Gómez y no perdía la oportunidad de escribirle algunas cosas... Unas fueron ríspidas, como aquellas que le envió en chispeante misiva desde New York, el 20 de mayo de 1884: "Un pueblo no se funda, General, como se manda un campamento" (1). Otras fueron subrepticias, como las que le refirió diez años después, mientras tocaba, en apariencia, otros asuntos: "El respeto a la libertad y al pensamiento ajenos, aun del ente más infeliz, es en mí fanatismo: si muero, o me matan, será por eso" (2). Sutilezas del poeta, aquellas que emanaron de su pluma.
Sabía ser ríspido como el arrecife y sutil como la luz del alba.
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(1) Carta de José Martí a Máximo Gómez. New York, 20 de mayo de 1884. Obras Completas. La Habana: Centro de Estudios Martianos-Karisma Digital. Vol. I. Cuba. Política y Revolución. 2001, p. 177.
(2) Carta al General
Máximo Gómez. New York, mayo 12, 1894. Obras Completas. Editorial de
Ciencias Sociales. La Habana, 1975. Volumen III. Política y revolución. Página
166.
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