Muchos insisten en ver el fenómeno de la vida como fruto de una combinación de sustancias. Es curioso que, luego de tantos años de avances tecnológicos, no haya podido inducirse en un laboratorio la existencia del más minúsculo ser. La microbiología ofreció una lectura muy sugerente al descubrir que, en el momento de la fecundación la fusión del espermatozoide con el óvulo produce un destello de luz. La profesora Teresa Woodruff, experta en biología ovárica de la Universidad de Northwestern, en Chicago, y codescubridora de este hallazgo, declaró: “Fue notable (…). Descubrimos la chispa de zinc (...), y el ver que el zinc irradia en una explosión de cada óvulo humano fue impresionante” (1).
Es que la vida tiene un espíritu, dado por Dios, el espíritu de la vida. Es hermoso ver su llegada puntual en aquel instante de fusión en que tiene lugar el misterio de un nuevo ser, que ya lo es desde ese instante. Es hermoso saber que la vida comienza con ese inusitado brote de luz.
Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! (Sal. 139: 13-17)
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(1) Noticias de Israel/ Ciencia y tecnología. “Científicos captan destello de luz que se produce en el momento de la fecundación”. Publicado el 4 de marzo de 2020. Accedido el https://israelnoticias.com/tecnologia/destello-de-luz-fecundacion/?fbclid=IwAR2oFroLdU-2HLJmJ3xOKloNpf1WVDZeg6BhpiECJUj-pA4JjtbPdIBkT08 Accedido el 4 de marzo de 2020.
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