Historia del emblemático coro: “La dulce presencia”

Se canta en toda América Latina. Posiblemente no hay una congregación pentecostal donde no se entone como forma dilecta de alabanza. En Cuba todos los días se escucha lo mismo en las iglesias de la capital, entre púlpitos de oloroso cedro que en los más recónditos rincones, esos humildes campos, allá lejos, donde los bancos son troncos de palma y los techos se arreglan con un guano que recuerda, por su fragilidad, el día en que abrieron una hendidura para hacer descender ante Jesús a aquel paralítico de la historia bíblica. Lo cantan pastores sencillos, y hermanos que aún no han leído la Biblia completa, y lo cantan los más renombrados directores de institutos y facultades teológicas. Es nota familiar que se tararea en los buses, autos y bicicletas, a cualquier hora del día, desde todos los estados de ánimo. Verdaderamente sorprende por su universalidad: la interpretan evangélicos y católicos; pero…, ¿cuál es su historia? ¿Cuál fue el vaso que Dios usó para derramar la inspiración que trajo este hermoso y conocido coro a la iglesia? ¿Cuál fue el camino andado hasta aquí?

Corría el año 1984, y el hoy pastor de la floreciente Iglesia “Casa de oración” de las Asambleas de Dios en Longview, Texas, Agustín Campos, manejaba un formidable camión de volteo con diez gigantescas ruedas y un claxon bien ruidoso; en él transportaba arena. Era intimidante verle en la vía correr de aquí para allá con la inmensa carga. Nadie le relacionaría, en lo humano, con la adoración cantada que llenaría su vida; todo en él se reducía entonces a los límites sencillos de la férrea lucha diaria.

Aquella lejana tarde, perdida en los mares de la historia, le sorprendió el patrón, cuando le pidió hacer un cambio de camión. Era necesario transportar la arena en un viejo Internacional, muy gastado ya, a fuerza de servir. No era cómodo, pero el esforzado Campos se lanzó a la aventura, y arrancó con aquella formidable máquina crujiente. Todo tuvo lugar en aquella lejana tarde…, en aquel humilde contexto. Mientras los resortes y amortiguadores hacían su ruidosa sinfonía, el bueno de Campos elevaba su corazón, y con todo aquel extraño ritmo de muelles vencidos, desde una cabina en que todo vibraba, a ese mismo compás, él sintió muy dentro el susurro de una melodía, a la que pronto puso letra. Bien dijo Lutero que “una joven puede ordeñar vacas para la gloria de Dios”; cualquier ocasión es propicia para un espíritu dispuesto. En este singular contexto, poco sugerente para la adoración, el corazón de Campos, en armonía con su Creador, vibró en una dimensión superior al de aquella máquina desvencijada por el tiempo, y allí nació: “La dulce presencia”.

Con un inusitado y explosivo contagio, de la forma más sorprendente, con evidente respaldo de Dios, pronto la cantarían todos. Nos cuenta su esposa, la pastora Mere Campos: “Fue aquel su primer coro, la primicia de su adoración a Dios”. Seguirían a este, decenas de temas musicales de letra sensible y ritmo contagioso. Hoy día es posible escucharle con deleite en cinco volúmenes donde aparecen cincuenta de sus composiciones. Muchas de ellas pueden escucharse en su Facebook, una página digna de ser visitada, en la dirección: https://www.facebook.com/agustin.campos.9674 

A su carácter de compositor y adorador cristiano, une el pastor Campos un incomparable ministerio evangelístico que se expresa en una de las áreas más complejas para la ministración moderna: el bautismo por el Espíritu Santo. Sus impresionantes campañas en Venezuela, México, Uruguay, El Salvador, Argentina, Chile y Bolivia han marcado para bien al evangelismo pentecostal latinoamericano. La pastora Mere Campos, mujer de oración, con una gran sensibilidad al Espíritu, desde su propia sede, ha llevado adelante con mucho éxito sus ya célebres retiros de damas, “Una cita con el Rey”. El de 2017 enrumbó nuestras vidas y fue determinante para nuestra filiación al Distrito. Lo recordaremos siempre.

¿Qué decir al terminar? El día en que el pastor Campos se nos vuelva historia habrá que recordarle como “el dulce cantor de Longview”, y se seguirá escuchando por doquier el fruto de sus inspiradas composiciones; por muchas de ellas se les recordará, pero por encima de todo, el será, en la memoria de los que le conocemos y amamos, el inspirado compositor que nos legó, a tantos millones de hispanos, esa hermosa bandera de la alabanza y la adoración que es: “La dulce presencia”.

 

La dulce presencia

 

//La dulce presencia de Dios

 está en este lugar

El Espíritu Santo sobre su iglesia

Se va a derramar//

 

///Solamente alábale///

Con el corazón

 

///Solamente alábale///

Con el corazón

 

Si quieres sentir, al igual que yo,

la presencia de Dios,

levanta tus manos,

Abre tu boca y alaba al señor

 

///Solamente alábale///

Con el corazón

 

 

Disfrútela desde:

 

México: Rosie García: La Dulce Presencia - YouTube

 

Estados Unidos: Moisesito Marino (Nieto de Stanislao Marino): https://youtu.be/9OI3fkXTjd8 

 

El Salvador: Los Hermanos Martínez:  https://youtu.be/W903-NM4zAo

 

Guatemala: Dúo “Perlas de Cristo”.   https://youtu.be/O9nV0hOrEdI   Mariolita González.  https://youtu.be/IycsvJ3KzMQ          

 

Venezuela: Ministerio Evangelístico y Misionero "Cristo Viene Ya". https://www.youtube.com/watch?v=OVG4xdjwj6c&fbclid=IwAR2qj0NRWWZvY1-UKmzbtWSFvEo0ioYNvA9zcT_1dtC8eDHUcmnxnQFu3gM

                   

Cuba: Mi pobre tierra no la refleja en YouTube, pero la tiene en todas las iglesias. Le hablo de cinco mil templos. Gloria a Dios.

 

¡Última hora! Javier Molina la llevó al inglés y en una preciosa interpretación la canta en formato bilingüe, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=uWgEupw6Ivo