Lejanía... Decía mi madre que era la palabra más llena de nostalgia que se podía oír. Aplicaba a los que se iban a otros países; ellos no volvían más. Enviaban fotografía a colores que contrastaban con las que nosotros nos hacíamos, que eran en blanco y negro. Crecí creyendo que nuestro mundo era oscuro, y allá, en la lejanía las personas vivían en un espacio a color.
Lejanía... Aplicaba a los que morían. Todavía lloro la partida de mi abuela, hace cuarenta y siete años. Un día le vi alejarse para nunca más volver.
Lejanía... Por mucho tiempo no fuimos conscientes de que un día también nosotros nos iríamos lejos, al mundo de los colores; a otra vida, para nunca más volver.
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