Todos nos hemos preguntado: ¿por qué no nos llegó el Nuevo Testamento en hebreo o arameo? ¿Por qué en griego? La lengua de Homero llegó a ser universal en el mundo civilizado; era el "inglés" de los tiempos neotestamentarios. Toda la cuenca del Mediterráneo lo comprendía, los propios romanos lo hablaban y respetaban.
Roma preparó la vialidad que permitiría el movimiento misionero; muchas de sus vías, tan bien diseñadas, perduran hasta hoy. "Todos los caminos conducen a Roma". Grecia, de su parte, preparó la lengua que minimizaría la confusión de Babel. Era necesaria la expansión de la Palabra entre los gentiles. Era hablarles en un idioma que pudieran comprender.
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