No entiendo qué pasa. Diótrefes no lo quiere recibir. Como gran líder de una de las comunidades de Asia Menor debe tener un discernimiento muy fino. Es alguien muy importante y de seguro sabe lo que hace. ¿Quién será "ese" a quién no acepta recibir?
Ya encontré de quién se trata. "Ese" se llama Juan. Qué nombre tan común, ¿verdad? Juan, así se llama. Y... ¿qué prerrogativas le asisten para pretender ir donde Diótrefes, que es alguien tan grande? Bueno..., a ese tal Juan, Jesús lo tuvo cerca, muchas veces recostado a su regazo, por tres años; conoció el corazón del Señor íntimamente. Fue su discípulo y amigo. Le acompañó en sus alegrías y tristezas. Subió con Él al Monte de la Transfiguración. Estaba a su lado cuando llamó a Lázaro de los muertos. Se le vio en Getsemaní y en el patio de Anás. Finalmente, es el único de los doce que se sostuvo al pie de la cruz.
Todo esto está bien, pero no es suficiente. Diótrefes no le recibe. La razón viene a ser clara cuando lo cuenta Juan a su amigo Gayo: "Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe" (III Jn. 1: 9).
Ya se entiende. Diótrefes tiene que sentirse el supremo. Si no es el primero, el aplaudido, el vitoreado, no te recibirá, aunque seas..., el apóstol Juan.
Juan vio caer las lágrimas y la sangre del Señor en Tierra Santa. Escribió el más grandioso libro de toda la historia: el Evangelio de Juan. Recibió el Apocalipsis y lo dio a la Iglesia. Es, en aquel momento, el único de los doce que vive, pero no es suficiente. Diótrefes quiere ser el primero.
Andando la vida he visto a tantos Diótrefes, vacíos de ministerio, troncos sin hojas de un árbol seco, carentes de toda empatía espiritual, cicatrices de persecución, a veces sin siquiera un instituto bíblico en su haber; así los he visto disputar ministerios, nombramientos, cátedras de maestros... No reciben, por demás, a nadie. Ellos son la gloria del mundo.
Así hicieron aquel día con el "discípulo amado". ¿Qué no harán de ti? ¿Qué no harán de mí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.