Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé. Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet. Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera (Gn. 6: 9-14).
Temprano en la historia un odio satánico llenó la tierra. Su principal indicador fue la violencia. Es significativo que esta vino después de la corrupción. Es significativo: Noé era justo en ese mundo.
No son muy distintos estos días. De hechos, Jesús usó como analogía los tiempos de Noé para indicar cómo serían los tiempos del fin: «Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos (...). Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste» (Lc. 17: 26, 27, 30).
Violencia y más violencia. Guerras de rapiña por el dominio del mundo; accidentes por puras bestialidades de carretera, crímenes por robos, crímenes por odio. Violencia y más violencia.
El fin se acerca. Cristo viene pronto.
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