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sábado, 15 de noviembre de 2025

Países Bajos, qué bien puesto tiene el nombre

Países Bajos (Nederland), aunque se lea en plural es, a la fecha, una sola nación. Agrupa antiguos y pequeños países europeos cuyas extensas llanuras están bajo el nivel del mar. Lo configuran doce provincias; de ellas Holanda Septentrional y Holanda Meridional son las más conocidas; históricamente fueron las más ricas y pobladas. De ahí que, por sinécdoque, muchos llamen Holanda a todo el país. 

Países Bajos tiene una monarquía constitucional con tierras en ultramar. En lo que se reconoce como el Caribe Neerlandés su Reino tiene tres países autónomos: Aruba, Curazao y Sint Maarten y tres municipios especiales: Bonaire, San Eustaquio y Saba. Los Países Bajos con sus extensiones caribeñas son lo que modernamente se conoce como Reino de los Países Bajos. Con todo, el territorio europeo representa el 98% de la extensión.

Países Bajos... Qué rareza. ¿Qué decir de ese mundo que se empeñó en ser tan extraño no solo en lo geográfico? Ellos fueron los primeros en legalizar el matrimonio homosexual. Con no poca diligencia lo consiguieron en 2001, y la mayoría de sus habitantes lo aplaude hoy con orgullo. Fueron también pioneros en la monstruosa adopción de hijos por parejas del mismo sexo.

Ellos fueron también los primeros en legalizar la eutanasia. Celebraron ese triunfo en 2002. Al principio se trataba de casos con sufrimiento extremo, en el contexto de enfermedades terminales; luego lo expandieron a cuadros con depresión, demencia o al mero cansancio de vivir. Los médicos holandeses lo llamaron alternativa compasiva

Ellos dicen tener la mejor calidad de vida de la Unión Europea, pero fueron los primeros del mundo en permitir la venta legal de marihuana y sus derivados en sus locales de ocio.

En 2000 los Países Bajos tuvieron una gran victoria al eliminar los burdeles y las prostitutas. Lo hicieron de una forma muy práctica y eficaz: legalizaron la prostitución; mutaron los burdeles en Zonas Rojas y las prostitutas en trabajadoras sexuales que se inscriben en la Cámara de Comercio y pagan impuestos. Los proponentes del turismo sexual se ufanan desde entonces de poder hacer su selección a través de los cristales de vidrieras rojas. Allí no se muestran solo cuerpos, a más de eso se exhibe en su más cruda transparencia la vulnerabilidad de la mujer pobre o inmigrante, creada por Dios para vivir a nivel dama, sindicalizada para vivir a nivel animal. 

A poco más de veinte años de su legislación la prostitución en Holanda produce más movimiento financiero que la industria del queso, pese a ser esta última una de las principales del país. El mayor mercado de mujeres de toda Europa está allí. La prostitución empuja consigo al tráfico humano y a otras depravaciones como la pederastia. Cada año desalmados proxenetas holandeses proponen a miles de chicas de América Latina y Europa del Este una prometedora carrera como bailarinas. Ellas terminan allí, en las Zonas Rojas. Locaciones como De Wallen (Ámsterdam), Rotterdam, Utrecht y La Haya son, en esa dirección, la vergüenza de la humanidad. Esta última es la sede de la Corte Penal Internacional, lo que la convierte en la capital jurídica del mundo. En este sentido es el referente más azufrado de la ironía, porque en gruesos manuales sus abogados dirimen los litigios legales entre los Estados, mientras olvidado en sus estanterías yace inerte al gran libro de Dios, Legislador Supremo, que enuncia en Levítico 19:29: «No contaminarás a tu hija haciéndola fornicar, para que no se prostituya la tierra y se llene de maldad».

¿De qué sirven a los holandeses los inmensos sembrados de tulipanes con que tapizan sus campos, a la vista de los legendarios molinos? ¿De qué les valen los rosales tocados en la aurora por rocío iridiscente? Con las mismas manos con que los sembraron empujan a la depravación más miserable y a la condición más caída a las auténticas flores que Dios les dio en la vida de cada mujer.

Países Bajos..., qué bien puesto tiene el nombre.






viernes, 14 de noviembre de 2025

Es la gran paradoja de la vida cristiana

Amar profundamente al pecador y repudiar con todas nuestras fuerzas el pecado; ¿ha meditado en la dimensión de esa paradoja? ¿Cómo amar al ladrón que me roba, al falsario que me infama y al comunista que me persigue si repudio en límites inexpresables el robo, la infamación y la oposición a la fe? En el difícil equilibrio de amarlos a ellos y repudiar lo que hacen ¿no se romperá en nosotros aquel «amarás a tu prójimo como a ti mismo»? (Mt. 19:19).

Solo entendiendo que el llamado de Cristo a ellos es tan cierto como el que un día se te hizo a ti; solo pensando que el Señor Jesús derramó su sangre por ellos, tanto como por ti; solo sintiendo en el Espíritu que el amor que Dios tiene por ellos es tan grande como el que tiene por ti... 

Es el único camino por el que se sostiene esa, la más compleja paradoja de la vida cristiana.



 


jueves, 13 de noviembre de 2025

¿Aprenderá?

Los portales noticiosos de Cuba anuncian: «Treinta y ocho municipios con dengue y más de veintiún mil casos de chikungunya». La isla enfrenta una epidemia de arbovirus con dengue hemorrágico, oropouche y chikungunya. Los hospitales están colapsados y las condiciones se agravan por la escasez de insumos. El gobierno cubano anuncia oficialmente que el país enfrenta una epidemia y la situación debe enfrentarse «como se hizo con la COVID-19». 

Entristece saberlo. Y vuelvo a pensar: «¿Aprenderá mi pobre pueblo?». Ver en:

https://octavioriosblog.blogspot.com/2025/11/aprendera-mi-pobre-pueblo.html 





miércoles, 12 de noviembre de 2025

Asusta siquiera pensarlo

Jesús vio las multitudes y sintió compasión de ellas, porque «estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor» (Mt. 9:36b). Así lo describió Mateo.

La multitud agitada y demandante, despertaría repulsión y quizá ira entre los discípulos. Lejos de eso, Jesús sintió compasión.

¿De quien dependía que tuviera lugar aquel caos? De los que tenían la responsabilidad del ministerio divino. El pueblo estaba disperso y espiritualmente desamparado. No había pastores, y eso no tenía que ver con los romanos, porque Israel estaba llena de sacerdotes, escribas y fariseos. «Desamparadas y dispersas», así estaban las «ovejas».

Han pasado dos mil años. Se llenó de templos cada país de Occidente. Líderes, pastores, maestros... Surgieron cantores y editores. Se reforzó la lista con nuevos titulares: apóstoles y profetas. Universidades, facultades, institutos bíblicos, seminarios, maestrías, doctorados... Y las multitudes siguen tan «desamparadas y dispersas» como las ovejas de aquellos días. 

Asusta siquiera pensarlo.

Asusta.


 



martes, 11 de noviembre de 2025

¿Qué es un escritor?

La multilaureada escritora norteamericana Joyce Carol Oates (1938) autora de cerca de cincuenta novelas, en las que explora la mente humana y la oscuridad de la sociedad, hizo una sacudidora definición en The Faith of the Writer: Life, Craft, Art. (2003), cuando afirmó: «El escritor es aquel para quien el acto de escribir es más difícil que para cualquier otra persona...». Es una verdad rotunda que solo validará otro escritor.

Basta pensar en las horas de trabajo que pueden estar detrás de una página escrita o un mero párrafo. El proceso de hacer, deshacer y rehacer hasta alcanzar un rostro literario leíble, por llamarle así, es tan sufrido, laborioso y desgastante que Ernesto Hemingway llegó a decir una vez: «Si usted logra escribir una cuartilla diaria lleva un buen paso».






lunes, 10 de noviembre de 2025

El costo de un aborto

Hoy vi un anuncio con relación a una campaña promovida por una organización provida. En él se leía: «¿Cuanto cuesta un aborto legal? Lo mismo que uno clandestino: una vida».

En pocas palabras decía tanto.



 



domingo, 9 de noviembre de 2025

La puerta de la jaula

La puerta de la jaula estaba abierta. «¿Y si se cierra cuando salga?», se preguntó el pájaro. Y no extendió las alas; rechazó la idea del vuelo.

La vida está llena de jaulas con puertas abiertas, y de pájaros que dudan y prefieren no volar.





sábado, 8 de noviembre de 2025

Es Él

Jesús dijo que es: «...angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan» (Mt. 7:14b,c). Nos dejó en tales palabras metáforas que significan:


Desde nuestra pobreza ver crecer las arcas de los impíos.

Renunciar a prosperar a expensas de perder la integridad.

Ser enterrados socialmente por las élites de la depravación.

Vivir apuñalados por infamaciones.

Sufrir bajo odios inmerecidos.

Bendecir a los que nos maldicen.

Orar por los que nos aborrecen.


Llega un punto en que la angostura de este camino del que Jesús habló, llega a ser tan restrictiva que nos preguntamos si podremos seguir. Nos anima entonces la convicción de que Él va delante. ¿Cómo lo sabemos? Hay una sola respuesta: el camino es Él.






viernes, 7 de noviembre de 2025

Insultados

El cerdo gritó a la gallina: 

___¡Gallina!

La gallina gritó al cerdo:

___¡Cerdo!

Y ambos se sintieron igualmente insultados.





jueves, 6 de noviembre de 2025

En el restaurante

Camarero: ___Bienvenido al restaurante El Mundo.

Cliente: ___ ¿Cuál es el plato de la casa?

Camarero: ___El desengaño.




miércoles, 5 de noviembre de 2025

martes, 4 de noviembre de 2025

lunes, 3 de noviembre de 2025

Qué fe

Supervisor: __ Espero no importunarlo al interrumpirlo, desconcentrarlo, hacerle poner de pie para saludar y presentarle un informe donde disiento de todo lo que programó hacer en la empresa.

Director: __ Qué fe.




domingo, 2 de noviembre de 2025

No somos historias de éxito, somos historias de salvación

En cada ser humano se desarrolla una historia. Comienza el día en que nace y se prolonga hasta la partida de este mundo. El hombre común se mueve luchando por hacer de ella una historia de éxitos.  Nombramientos, reconocimientos, finanzas, fama, parecen ser las páginas más importantes, pero tales cosas no son el vórtice sobre el que gira la existencia, porque no somos historias de éxito; somos historias de salvación. 

Levantamientos y caídas, fe e incredulidad, fidelidad y apostasía, esas son las páginas centrales del libro que se escribe. Es nuestra verdadera historia.

Cristo no murió para hacernos exitosos. Él murió para hacernos salvos. En el instante en que exhaló su último suspiro no llovió oro del cielo. En su lugar «el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo» (Mr. 15:38), y logramos el acceso al Padre. 

No, no somos historias de éxitos; somos historias de salvación.




 



sábado, 1 de noviembre de 2025

¿Aprenderá mi pobre pueblo?

Mi pobre pueblo no aprende. Cuba no puede condenar a Israel y esperar un estado de bendición. El pasado 9 de octubre, mientras los problemas básicos del país, en lugar de resolverse, crecían, organizaron una gran manifestación en las arterias viales colindantes a la Embajada de los Estados Unidos en La Habana, en apoyo a lo que han llamado siempre «causa Palestina». Pocas veces en la historia se escribieron carteles tan obscenos condenando al Estado judío. Con ellos desfilaron desbordados de imprudencia y arrogancia en multitud inacabable por las céntricas calles de la capital. Se requirió una protesta escrita del Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de La Habana para que las autoridades reaccionaran a expresiones de suyo tan irrespetuosas, colocadas a un tiempo en los predios y escalinata de la tricentenaria Universidad de La Habana. Estos fueron los hechos. 

No terminó octubre cuando el revuelto Mar Caribe vio nacer en sus cálidas aguas al huracán Melissa. Esta formidable masa de agua y viento, arrasando todo a su paso con intensas lluvias, marejadas ciclónicas y vientos sostenidos de 193 km/h irrumpió el 29 en el sureste de la isla, cerca de Santiago de Cuba, segunda capital del país. Avanzó indetenible devastando todo el oriente cubano.

Las escenas dejadas tras el paso del siniestro son harto desgarradoras. Las imágenes llenan las redes sociales y los espacios noticiosos digitales: miles de casas destruidas, árboles frondosos y postes eléctricos derribados, carreteras bloqueadas por escombros y deslaves; sembrados de café, plátano y yuca arruinados; ríos crecidos como mares desbordados; tales son los escenarios. Cientos de miles de personas tuvieron que ser evacuadas, con todos los gastos que tal cosa supone para una economía tan precaria. Santiago de Cuba, Bayamo, Contramaestre, Baracoa y Mayarí están seriamente afectadas por lluvias torrenciales. El municipio Guamá quedó aislado y el pueblo de Jiguaní yace bajo aguas que recuerdan los antiguos cuadros del diluvio.

Uno de los lugares más visiblemente afectados fue el poblado de El Cobre que preserva, en Santiago de Cuba, al llamado Santuario de la Caridad del Cobre, en pos del cual corren, desde todos los rincones del país, tantos pobres que no saben discernir entre su mano derecha e izquierda, bíblicamente hablando. Contra esa sede arremetió con todo encono el meteoro. Cada cual sabrá qué lectura hacer. 

Los rescatistas luchan con sus limitados recursos, pero no han logrado alcanzar las zonas más alejadas donde mucha gente aguarda retenida por las aguas con el hálito en suspenso. Madres con sus niños lloran de impotencia, ancianos colapsan en sus hogares derruidos, hombres confundidos y agotados luchan por la supervivencia de los suyos. El panorama es desolador.


¿Aprenderá algún día mi pobre pueblo? ¿Qué de su gobierno? ¿Oirá receptivo el Evangelio? ¿Despertará su espíritu? ¿O seguirá la nación recibiendo juicio en la terquedad de todos los corazones? La Biblia nos ha sido dada como sabiduría del cielo para todos los hombres. Ella advierte que Israel no puede ser maldecido, ni condenado, ni atacado. «Contra Jacob no hay agüero, ni adivinación contra Israel» (Nm. 23:23), ni Partido Comunista, ni Liga Árabe, ni la misma ONU. La Biblia es terminante en lo tocante a la descendencia de Abraham: «Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra» (Gn. 12:3). Delante de sus tiendas el profeta Balaam vio torcida la pretensión de maldecir al pueblo de Israel y prorrumpió en el espíritu: «Dios lo sacó de Egipto; tiene fuerzas como de búfalo. Devorará a las naciones enemigas, desmenuzará sus huesos, y las traspasará con sus saetas. Se encorvará para echarse como león, y como leona; ¿quién lo despertará? Benditos los que te bendijeren, y malditos los que te maldijeren» (Nm. 24:8, 9). Tales palabras brillan como Marte en su perihelio, intenso y solo. Ojalá y mi pobre pueblo lo entienda. Su gobierno nunca lo comprendió y, cada vez que, irreflexivamente, levantó su mano contra la Palabra de Dios, en este o en cualquier otro asunto enrumbó a la nación por derroteros que no llevaron sino a la ruina. 

Desde este estrado decimos frontalmente al Rector, Claustro y liderazgo de la Federación Estudiantil Universitaria y al Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba: nunca, ni en los peores momentos de las relaciones de Cuba con Israel, Fidel Castro se atrevió a maldecir al Estado judío a la manera en que lo hizo Hugo Chávez el 2 de junio de 2010, desde Industrias Diana, Estado Carabobo, con palabras irrepetibles de las que se hizo eco la manifestación del gobierno y la juventud comunista universitaria que desfiló en La Habana el pasado 9 de septiembre. Fidel Castro, pese a lo mucho que se pueda objetar en su contra y, por más que rechazara públicamente la política exterior israelí, defendió siempre el derecho a existir del Estado judío (1) y en esto tuvo un punto de desencuentro con los árabes (2). Mucho erraron los funcionarios del Partido Comunista y del Ministerio del Interior que dieron el visto bueno a la presentación pública de aquellas pancartas y a los gritos condenatorios de que fueron acompañados en tan aciago desfile. No solo fue una expresión de odio irracional y diabólico, sino, a más de esto, una total incoherencia política respecto a la herencia ideológica que ellos presumen tener cuando gritan: «¡Yo soy Fidel!».

Con pena miramos el daño sufrido por la isla, y, con no poco dolor, pensamos que no era necesario si el gobierno y pueblo de Cuba hubieran tenido un elemental sentido de respeto bíblico al Dios de los cielos. El Padre de todos los espíritus ama a Cuba y la llama en Jesucristo a salvación y vida eterna.

No se siga sintiendo la Iglesia cubana como una «Voz que clama en el desierto...» (Is. 40:3a). El Mar Caribe está justo ahora desbordado de una presencia militar norteamericana sin precedentes, que tiene entre sus posibles objetivos al Verde Caimán, tan vinculado con los rumbos de Venezuela sobre la que silba ya la temible fuerza aérea del ejército más poderoso del mundo. Visto así, no es tiempo para bravuconadas televisivas ni discursos de odio, ni para intrusiones en los problemas del Medio Oriente, mucho menos para enviar tropas mercenarias a los imperialistas rusos como carne de cañón en la criminal guerra que impulsan contra el pobre pueblo ucraniano. No es tiempo para vanos universalismos, ni pretendidos caudillismos ideológicos, rancios ya a fuerza de fracasar. Cuba perece. Es tiempo de mirar al Cielo, de abrir la Palabra de Dios y mirar con respeto a Jesucristo, única esperanza de todos los cubanos. 

«Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra» (II Cr. 7:14)

¿Se humillarán los cubanos delante de Aquel que es Señor de la historia? ¿O seguirán cavando para sí «cisternas rotas que no retienen agua»? (Jer. 2:13c). 

¿Aprenderá mi pobre pueblo?







__________



(1) El lector interesado puede consultar al respecto la entrevista que hiciera Jeffrey Goldberg al mandatario cubano. Publicada en: «Fidel Castro and Israel's Right to Exist». The Atlantic. 22 de septiembre de 2010. A su alcance en:

https://www.theatlantic.com/international/archive/2010/09/fidel-castro-and-israels-right-to-exist/63369

Accedida el 1 de noviembre de 2025, 6:39 p. m. 


(2) La Declaración de Jartum, enunciada tras la Guerra de los Seis Días (1967), suponía el no reconocimiento del Estado de Israel por parte de los países árabes firmantes. Ver texto completo en: The Khartoum Resolutions; September 1, 1967, en: 

https://avalon.law.yale.edu/20th_century/khartoum.asp



 



viernes, 31 de octubre de 2025

Aquel Parque, aquellas memorias...

A la izquierda, Parque La Normal en construcción. A la derecha, arriba, imagen de 2018, de José Antonio García, para Google Maps. A la derecha, debajo, imagen de 2025, de Lázaro M. Miranda García, para Google Maps.

Las fotografías de arriba son imágenes en varios tiempos del Parque La Normal, en la periferia del municipio Cerro, en La Habana, Cuba. Su construcción fue un proyecto de Carlos Prío Socarrás, presidente de la República entre 1948 y 1952. En su fondo estaba levantada la Escuela Normal para Maestros de La Habana, de donde tomó nombre. Por más que se le haya querido cambiar perdura en la memoria histórica del pueblo como Parque La Normal.

Hoy día aquel espacio generoso, alivio de los muchos hacinamientos citadinos, se llena de árboles copudos y veredas sombreadas. Es visible desde la Calzada de Infanta, artería central en la urbe capitalina.

Entre 1993 y 1994 llevaba allí a mi hijita mayor. Tenía el lugar un discreto panel de diversiones, pero lo que más la motivaba a ella era la oportunidad de recoger los frutos que caían de los árboles y tapizaban la tierra cercana. Me inclinaba a su lado y la animaba a escoger la mayor diversidad posible de tonalidades para educarle estéticamente en la apreciación de los colores. Ella las llevaba a casa en una bolsita, como un preciado regalo que sacaba elogios y sonrisas de aprobación de su mamá.

Una tarde, ya cercano al crepúsculo, mientras mi pequeña y yo estábamos concentrados en la ingente tarea, pasó en el ómnibus por la Calzada de Infanta uno de mis peores enemigos. Bueno, son tantos... Él vio la escena. A la noche me llamó. Estaba extrañamente conmovido. Me dijo: «Quería pedirte perdón. Yo siempre he creído que tú...». Lo dejé ordenar sus entrecortadas palabras hasta que logró decirme: «Yo pienso muchas cosas, pero hoy pasé en el ómnibus por Infanta y te vi en el Parque agachado con Elizabethica, recogiendo semillas...». Sin entender en que iba a terminar todo, le sonreí, y él concluyó: «El problema es que yo nunca he hecho eso con mi hijo...». Y en ese punto se quebrantó.

No son intrascendentes los parques; colectan historias hasta en las pequeñas semillas de sus árboles.





lunes, 27 de octubre de 2025

¿De dónde nacen los conflictos éticos?

Los conflictos éticos nacen de «ojos abotagados» y «oídos ensordecidos». Una mente entenebrecida y un corazón desensibilizado son la génesis de todas las confusiones que agitan los mares morales en el espíritu del hombre. Tales cosas que evidencian en las historias del joven rico de Marcos 10: 17-22 y del legista de Lucas 10: 25-37. El primero quiere una redefinición del camino a seguir «para heredar la vida eterna»; el segundo, por la misma vereda, se tambalea esquivo en la definición de «prójimo». Ambos rehuían verdades bíblicas tan transparentes como el agua clara de la lluvia fresca.

Los seres humanos no queremos que la Biblia diga lo que dice. Deshacernos de riquezas sobre las que se levantó nuestro pasado, derribar los puentes que dejamos atrás, «quemar las naves» y seguir al Señor, con toda la incertidumbre que supone ir tras Aquel que no tuvo «donde recostar la cabeza» (Lc. 9:58) es la quintaesencia del llamamiento supremo de Dios en Cristo Jesús. Era el dilema ético del joven rico. 

Llegar a aceptar que Jesús no nos llama a escindir a los hombres en grupos morales (la izquierda y la derecha; los comunistas y los capitalistas; o lo que es lo mismo: «nosotros y los demás equivocados»); con tal pretensión chocó de bruces el legalista, cuando Jesús le dijo, a través de la parábola del buen samaritano: «El prójimo eres tú».



 


domingo, 19 de octubre de 2025

Curriculum Vitae de Epafrodito

Nombre: Epafrodito.

Currículum Vitae con Aval del Prof. Pablo.


25 Mas tuve por necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades

26 porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y gravemente se angustió porque habíais oído que había enfermado. 

27 Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza. 

28 Así que le envío con mayor solicitud, para que al verle de nuevo, os gocéis, y yo esté con menos tristeza. 

29 Recibidle, pues, en el Señor, con todo gozo, y tened en estima a los que son como él

30 porque por la obra de Cristo estuvo próximo a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que faltaba en vuestro servicio por mí (Fil. 2: 25-30).


Respuesta académica 


Sr. Epafrodito, le contesta el hermano Pin Pon, secretario de la Asociación de Universidades Cristianas del Mundo. Gracias por enviar su Currículum con el Aval del Pr. Pablo. Lo hemos revisado cuidadosamente y entendemos que no califica para su inscripción como docente en ninguna de nuestras universidades. No se desanime, porque ofrecemos cursos básicos que ayudan a aprender a vivir la vida cristiana. Puede enviar su cuota de inscripción a:

 http://www.dinero.muchodinero.negocio.com





sábado, 18 de octubre de 2025

Aquella mujer, aquella gracia...

Juan 8: 1-11 tiene un interesante contenido narrativo. La escena se desarrolla en Jerusalén, en el área del Templo, posiblemente en su patio exterior. Así se registra por el apóstol Juan:


1 Y Jesús se fue al monte de los Olivos. 

2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 

Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, 

4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. 

5 Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 

6 Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. 

7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. 

8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. 

9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 

10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 

11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.


Son tan claras las imágenes presentadas aquí. En aquella multitud irascible que pidió la muerte de la mujer estaba la ley. Cada piedra que sostenían en la mano era un estatuto, un precepto, un mandamiento, un instrumento condenatorio. En Jesús estaba la plena gracia de Dios, vehículo santo de perdón y restauración. En la mujer estábamos nosotros; y con nosotros, toda la humanidad, «por cuánto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» (Ro. 3:23).

Aquel conjunto acusador de escribas y fariseos no reconocía autoridad legal en Jesús. Solo querían demostrar públicamente que, el Evangelio presentado por Él, no aplicaba a las claudicaciones cotidianas del pecado; querían derribar su mensaje llevándolo a una confrontación con la ley de Moisés delante de todo el pueblo. De ahí la expresión de desinterés del Señor, que no les prestó la atención que esperaban, porque con el mismo encono con que acusaban a la mujer lo estaban acusando a Él. Ojalá y nosotros mostrásemos el mismo desinterés hacia los que nos infaman y acusan cada día. 

Jesús siguió escribiendo en tierra, concentrado en algo elevado, más digno de su atención que aquella caterva punitiva. Pero la gente vana suele ser persistente. Ellos repitieron públicamente una y otra vez los cargos penales, la sentencia inapelable, la exigencia de una aplicación sumaria... Aquella conjunción de terquedad e hipocresía rompió el ensimismamiento del Señor que, volviendo en sí, tomó en su boca la ley y la volvió contra sus proponentes: «El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella».

Lo que hasta ese instante había sido un desordenado bullicio se tornó en un súbito e inesperado silencio. La ley aplicó a la consciencia de sus pretendidos ejecutores. El Señor hizo aflorar a la memoria de todos, comenzando por los más viejos, cada uno de sus crímenes, robos y desvergüenzas. Los yerros escondidos brotaron en las memorias dormidas con toda nitidez. Las manos se paralizaron, los rostros decayeron; en un instante, Jesús desvencijó toda la madeja legal y cada fiscal, juez y verdugo allí presente vio contra sí una sentencia mayor con relación a la que proponían. Como náufragos que apenas sobreviven a un tempestuoso mar de vergüenzas, se fueron alejando uno a uno «desde los más viejos hasta los postreros». Todos terminaron abandonando la escena, escena que no olvidarían nunca.

Note que, tales acusadores, al irse, se alejaron de la ley ostentada fríamente en cada piedra, y se alejaron a un tiempo de la gracia, al poner distancia entre ellos y Jesús. La mujer, confundida por los vaivenes del terremoto vivido, tuvo un acierto: no huyó, como se podría esperar de una presa a la que dan oportunidad de hacerlo; ella permaneció allí, al lado de Aquel que es la gracia, y se sostuvo hasta que el largo silencio fue interrumpido por Aquella voz que le preguntó: «Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?». Ella, sobrecogida todavía por la violencia de la escena vivida, contestó: «Ninguno, Señor»Jesús, recomponiendo los pedazos rotos de aquella alma concluyó: «Ni yo te condeno; vete, y no peques más».

¿La mujer de esta historia aprovecharía bien aquella oportunidad? ¿Cambiaría su vida para siempre? Quiero pensar que sí. Y quiero pensar también que, como ella, tú aprovecharás la gracia de Dios en este día, esa que perdona, restaura, y enrumba a los elevados propósitos del cielo. Así sea sobre ti hoy como lo fue sobre ella: «Ni yo te condeno; vete, y no peques más». Es el Evangelio. Es el Señor Jesús.




viernes, 17 de octubre de 2025

La verdadera lucha de Israel

Desde la noche misma en que Jacob, patriarca de Israel, resistió al ángel (Gn. 32:24-30), hasta hoy, la lucha más importante para el pueblo que nació de su simiente no fue la que libró contra cananeos, babilonios o asirios. Tampoco busque hoy al verdadero enemigo de Israel en Hamas, Hesbolá o Ansar Allah. La lucha central de Israel no gira, como muchos creen, en torno al Islam o el comunismo. Israel lucha con Dios.  

El Señor Jesús no fue empujado a la Cruz por los gentiles. Fue el Sumo Sacerdote de Israel, quien pidió su muerte (Jn. 11:49-53). Hasta hoy el pueblo judío rechaza a su Mesías. ¿Por qué, entonces, la Iglesia nacida de aquella Cruz protege y bendice a Israel? 


1. Así lo manda Dios: «Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman» (Sal. 122: 6). «Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra» (Is. 62: 6, 7).

2. En las propias palabras del Señor Jesús: «...la salvación viene de los judíos» (Jn. 4:22c).

3. Dios no terminó con Israel: «...ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo» (Ro. 11:25b, 26).

4. La deuda de la humanidad con el pueblo judío es impagable. De él recibimos desde la Biblia y la Iglesia hasta la tecnología del teléfono móvil en el que estamos leyendo estas palabras.


Israel lucha con Dios rechazando al Señor Jesús, Aquel Judío que llevó en la Cruz el pecado del mundo y abrió el camino de la salvación y la vida eterna. Esta lucha se prolongará hasta los tiempos apocalípticos de la Gran Tribulación, aquellos a los que el profeta llamó «Angustia de Jacob» (Jer. 30:7). En ellos, dice el Altísimo: «...derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito...» (Zac. 12:10).

En ese día, quizá en Yom Kippur, se despertará con muchas lágrimas el espíritu de Israel y todo el pueblo judío se volverá al Señor Jesucristo en el epílogo de lo que fue su larga lucha con Dios.





jueves, 16 de octubre de 2025

De nubes grises vienen aguas claras

Nubes grises, casi negras, se deslíen y bañan las tierras que les subyacen con aguas que, de puras, las reclaman las farmacias.

Nubes grises, aguas claras; metáforas legibles en que la naturaleza habla a la vida: de los más oscuros momentos nacen glorias, se abren caminos de luz, afloran desiertos que creímos inhóspitos para siempre.

«Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza del rostro se enmendará el corazón» (Ecl. 7:3). Así escribió el sabio Salomón.

«Ama tus tristezas», oyeron decir a Antonio Machado. Ya sabe por qué. En nubes muy oscuras se purifican las aguas más turbias. Es como una ley que nos acompaña en esta vida, en este mundo de nubes grises y aguas claras.







miércoles, 15 de octubre de 2025

Cuando todo depende de la decisión de un hombre

Cuando vemos presidentes, reyes, líderes sociales, políticos contemporáneos abocando a sus pueblos por los carriles de la destrucción; cuando vemos poblaciones enteras sufrir hambre y sed, flageladas por el desabastecimiento y la ruina económica general; cuando vemos guerras que se pudieron evitar y con ellas pérdidas irreparables, vienen a la memoria los tiempos de Sedequías, un hombre de cuya decisión dependió todo el mal que vino después.

Sedequías, último rey de Judá, fue colocado en el trono en el año 597 a.C. por Nabucodonosor II, rey de Babilonia. En el 588 a.C., confiando ilusoriamente en Egipto, se rebeló contra Babilonia; esto trajo como consecuencia un asedio del ejército caldeo a la ciudad que se extendió por dos años. El hambre se generalizó y las enfermedades minaron todos los hogares. Este es el contexto en que Dios trae Palabra a Sedequías a través del profeta Jeremías:


Jeremías 38:14-23:

[14]Después envió el rey Sedequías, e hizo traer al profeta Jeremías a su presencia, en la tercera entrada de la casa de Jehová. Y dijo el rey a Jeremías: Te haré una pregunta; no me encubras ninguna cosa.

[15]Y Jeremías dijo a Sedequías: Si te lo declarare, ¿no es verdad que me matarás? y si te diere consejo, no me escucharás.

[16]Y juró el rey Sedequías en secreto a Jeremías, diciendo: Vive Jehová que nos hizo esta alma, que no te mataré, ni te entregaré en mano de estos varones que buscan tu vida.

[17]Entonces dijo Jeremías a Sedequías: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: Si te entregas en seguida a los príncipes del rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta a fuego, y vivirás tú y tu casa.

[18]Pero si no te entregas a los príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en mano de los caldeos, y la pondrán a fuego, y tú no escaparás de sus manos.

[19]Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me escarnezcan.

[20]Y dijo Jeremías: No te entregarán. Oye ahora la voz de Jehová que yo te hablo, y te irá bien y vivirás.

[21]Pero si no quieres entregarte, esta es la palabra que me ha mostrado Jehová:

[22]He aquí que todas las mujeres que han quedado en casa del rey de Judá serán sacadas a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán: Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; hundieron en el cieno tus pies, se volvieron atrás.

[23]Sacarán, pues, todas tus mujeres y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás apresado, y a esta ciudad quemará a fuego.


Era un auténtico mensaje del cielo. En su grande amor, Dios ofrecía un camino de salvación, pero aceptarlo dependía de un hombre, un solo hombre, Sedequías.

El profeta fue desoído. El Alto Dios fue ignorado. En el año 586 a.C., frente a la terca resistencia del rey de Judá, los babilonios lograron abrir una brecha en el muro de Jerusalén, y por ella entraron como torrente que a su paso lo destruye todo. Jerusalén fue incendiada y el gran Templo de Salomón, destruido; sus lámparas se apagaron, el Arca desapareció...

El rey Sedequías intentó huir, pero fue alcanzado; degollados a sus hijos delante de él; ejecutaron a todos los nobles de Judá. A Sedequías le sacaron los ojos, y lo llevaron atado con grillos, en humillante caravana, hasta Babilonia. Allí murió. Fue aquel el fin del Reino de Judá y el inicio del exilio babilónico (586-538 a.C).

Hoy, como en días de Sedequias, son muchos los panoramas geopolíticos que dependen de la decisión de un solo hombre, particularmente en los países de la sufrida América Latina. Como con aquel lejano rey de Judá, el buen Dios fue paciente y les envió profetas. Quisiera llegar a saber un día que no se repitió en ellos la historia de Sedequías. Pero eso es algo que depende de la decisión de un hombre, de un solo hombre.




 



martes, 14 de octubre de 2025

Mudar de parecer como un acto de libertad

En un tiempo tan alejado de la ética contemporánea como lo fue el de Marco Aurelio, el conocido emperador romano definió, en el único libro que escribió, que, «mudar de parecer», es un «acto de libertad» (1). 

Este es uno de los derechos menos respetados por los que invocan lealtad eterna. Sigmund Freud no toleraba disidencias científicas en su escuela, y tuvo que conocerla, porque esa libertad, más que un derecho, es parte de la naturaleza social humana y se expresa en todos los órdenes de la vida.


 

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(1) Marco Aurelio. Meditaciones. España: Editorial Alma, 2021, p. 106.




lunes, 13 de octubre de 2025

No nacemos con sabiduría

No, no nacemos con sabiduría. «Compra la verdad, y no la vendas; la sabiduría, la enseñanza y la inteligencia». (Prov. 23:23).. 

Cómprala... Eso significa inversión, esfuerzo, observación paciente y elección cuidadosa. 

La sabiduría tiene un precio alto y no todos la alcanzan. Para muchos requiere largo tiempo; por eso, a menudo se le asocia con la ancianidad. Implica un carácter que se forjó en calcio antes fuegos y resistió, porque a menudo implica la decisión de ser sabios en sociedades enfermas, entre personas que no lo son.





viernes, 10 de octubre de 2025

Las costuras

Las costuras, esas cicatrices de las ropas que nos recuerdan que el alma está hecha de jirones recompuestos, muchas veces con otras telas; de rasgaduras que funden sus partes con hilos de contradictorio color.

Las costuras, esas huellas que nos recuerdan que, sin remiendos, no podremos vivir.






jueves, 9 de octubre de 2025

¿Sabía usted que, en las guerras anticoloniales, fueron más los cubanos que lucharon a favor de España que contra ella?

Es una verdad incómoda; muchas lo son, sin dejar por eso de serlo: durante las guerras anticoloniales más cubanos lucharon a favor de España que contra ella. Al presente debe decirse que, las numerosas guerrillas que ponían en jaque a las tropas mambisas, estaban llenas de cubanos. Fueron en su mayoría voluntarios cubanos los que pidieron la muerte de los ocho estudiantes de medicina, fusilados el 27 de noviembre de 1871, en La Habana. Fueron cubanos los «indios de Yateras» que hostilizaron a los expedicionarios de la goleta Honor, en Duaba, Baracoa, dieron muerte al general Flor Crombet y casi acaban con la vida de los generales Antonio y José Maceo en abril de 1895.

Fueron cubanos los que integraron la guerrilla que atacó el campamento sanitario de El Seborucal, el 12 de febrero de 1898, llevando a la muerte a Isabel Rubio, a José Antonio Ríos, al anciano Don Felipe y a todos los que se pusieron a su alcance.

Para muchos es un capítulo escondido y no comentado de la historia: en la Guerra de Independencia y en las luchas anticoloniales, en general, hubo más cubanos luchando por España que contra ella. Cálculos realizados a partir de la tesis de Fernando J. Padilla, Volunteers of the Spanish Empire (1855-1898), llevan al historiador y arqueólogo español, Israel Viana, a afirmar:

 

…Unos 32 000 cubanos llevaron el uniforme de los voluntarios y combatieron a favor de seguir manteniendo los lazos con el Gobierno de Madrid. Si a este número sumamos los bomberos «negros», los criollos que se alistaron al Ejército y los más de 30 000 guerrilleros originarios de la isla que lucharon contra los separatistas, se puede concluir con seguridad que, como defiende Tone, entre 1895 y 1898 hubo más cubanos luchando por España que por la independencia.

Recordemos que los separatistas nunca superaron los 40 000 combatientes, aunque el historiador americano Donald H. Dyal los rebaja hasta los 30 000 en «Historical Dictionary of the Spanish American War» (1996). De ahí que solo empezaran a vislumbrar la posibilidad real de ganar la guerra cuando recibieron el apoyo de Estados Unidos a principios de 1898 (1).

 

Respecto a la cifra de combatientes cubanos, el coronel Manuel Piedra Martel explica:

 

En Trilladeritas, los generales Gómez y Maceo procedieron a completar nuestra organización militar. Organización, desde luego, sui generis, en armonía con la situación en que nos encontrábamos: la escasez de efectivos y de armamentos (…). No estábamos en condiciones de poder librar batallas campales (…), contra un ejército que era ya el décuplo del nuestro (…); debíamos apelar a una campaña de acciones parciales, de constantes movimientos, de ataques repentinos y de súbitas desapariciones (…). Era necesario que en el territorio de la Isla no transcurriese un día sin que se escuchara el fragor del combate (…). Para una guerra así, se hacía preciso dividir y subdividir el ejército, dotarlo de un gran número de jefes y oficiales, y dar a cada uno la mayor independencia posible en las operaciones locales (…). Por eso no debe causar asombro ni la pomposa nomenclatura de cuerpos de ejército, divisiones, brigadas, regimientos y batallones, ni el número de los mismos en que fué organizado aquel pequeñísimo contingente de tropas.

En Trilladeritas (2)  se convino en crear cinco cuerpos, y más tarde, cuando, por haber sido invadido su territorio por las fuerzas acaudilladas por Maceo, se puso en armas la provincia de Pinar del Río, se creó un sexto cuerpo. Estos seis cuerpos reunidos no hubiesen constituido más de uno del tipo regular de aquella época, pues al terminar la contienda, y después que el gobierno de los Estados Unidos, por encontrarse también en guerra con España, nos dio algunas de las armas obsoletas de su ejército, no contábamos arriba de veinticinco mil o veintiséis mil combatientes (3) (Sic.)

 

Nunca el autor lo ha leído así, y es una dura afirmación, pero, en muchos sentidos, la Guerra de Independencia de Cuba fue una lucha fratricida que enfrentó cubanos contra cubanos. Integristas y separatistas nacidos bajo el mismo cielo insular, bañados por el mismo sol del trópico, alimentados por la misma tierra, se odiaron a muerte, acometiendo los unos contra los otros las crueldades más lesivas.

El hermoso cielo insular se vio cubierto para entonces por las más densas tinieblas. No pregunte por qué el invierno de 1895, año que inició la guerra final fue uno de los más fríos que se pueda recordar (4).

Hoy, a poco más de un siglo, el sueño de todos los cubanos es una residencia española. Inacabables filas se forman frente a la sede diplomática de España en La Habana, a la vista del monumento al Generalísimo (5) y a escasas manzanas de La Giraldilla. 

¿Valieron la pena las tales guerras? Antes sabía contestar esa pregunta. Ya no sé. 

 



 

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Fuentes


(1) Israel Viana. «Hubo más cubanos luchando por España que por la independencia en la Guerra de Cuba de 1898». ABC Historia. 

https://www.abc.es/historia/abci-verdad-incomoda-1898-lucharon-mas-cubanos-espana-independencia-201811120204_noticia.html 

Actualizado: 17 de enero de 2020. Accedido: 15 de agosto de 2022, 4: 58 p. m.

(2) Trilladeritas, Sancti Spiritus. (Nota del autor.)

(3) Manuel Piedra Martel. Mis primeros treinta años. Memorias. La Habana: Editorial Minerva, Obispo 530. 1943, pp. 217, 218.Camilo José Cela. «El oficio de escritor»

https://youtu.be/ovOv-zPOXDo Accedido: 2 de marzo de 2025, 12:12 p.m.

(4) Manuel Piedra Martel. Mis primeros treinta años. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales. 2001, p. 225.

(5) General Máximo Gómez. Jefe supremo del Ejército Libertador.