Pregunté cuánto es dos más dos.
El abogado contestó: "¿Cuánto quiere que sea?".
El prestamista dijo: "Cuatro, más los intereses".
El payaso tronó: "¡Veintidós!".
El optimista: "Algún día será cuatro".
El poeta dejó saber: "Dos más dos es un triunfo o una gran destrucción; depende de lo que se esté sumando".
De este lado de la vida puede ser muy difícil contestar las preguntas básicas. Las más importantes no lo han sido todavía.
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