Tus amigos y familiares no te abandonaron o volvieron la espalda. El cese de los toques a la puerta y los timbres del teléfono no fue planificado desde el resentimiento. Aquel día en que se fueron lejos para no más volver ni siquiera fueron movidos por odios. Solo dejaron de necesitarte.
PUBLICACIONES, MEDITACIONES, MEMORIAS Y CONSIDERACIONES TEOLÓGICAS E HISTÓRICAS DEL AUTOR
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