Yo no ví el holocausto judío, ni el exterminio armenio. Tampoco ví la purga estalinista, ni la reconcentración de Weyler. No ví a Caín asesinar a Abel, ni a los griegos crucificando tirios. No ví a Cervantes escribir El Quijote. Las miserias de Francia e Inglaterra en la Revolución Industrial nunca las ví.
Es decir, tales cosas nunca ocurrieron.
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