El peligro más grande del matrimonio moderno es la falta de compromiso.
Hoy en día, muchas parejas entran al matrimonio con una mentalidad temporal, pensando que, si las cosas se complican, el divorcio es una opción fácil. La cultura moderna promueve el individualismo, el placer personal y la satisfacción instantánea, lo que debilita la capacidad de sacrificio, paciencia y perdón, y se olvidan las palabras de Jesús: «Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre» (Mt. 19:6).
Cuando el compromiso se debilita:
o Se priorizan deseos individuales sobre la unidad del matrimonio.
o Se evita resolver conflictos de manera madura y bíblica.
o Se descuida la conexión espiritual y emocional con la pareja.
Solución: Volver al diseño de Dios para el matrimonio, basado en el amor sacrificial (Efesios 5:25), la fidelidad (Malaquías 2:16) y la paciencia (1 Corintios 13:4-7).
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