Nos acusan de ser la generación que nada hizo por Cuba. Los que lo hacen ignoran el duro papel de un puente en la vialidad.
Estudiamos en bibliotecas públicas con libros de papel. Rompimos la tierra con las manos. Nos enamoramos sin redes sociales, con postales de estanquillos y flores furtivas tomadas de jardines ajenos. Hicimos a la generación actual, la que dice pensar y poder arreglar el desastre de que nos acusan, el mal que no supimos reparar.
Les deseo muchos éxitos.
Que bueno que llegaron al día de hoy, aunque para hacerlo dependieron de la dureza del puente por el que pudieron llegar.
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