Quiera Dios un día podamos volver a hablar así

Fue la lectura de hoy. Incluía las palabras de Primera de Corintios 1: 7: "...de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo". 

Pensaba en la riqueza tan grande que supone algo así: "nada os falta de ningún don". Modernamente las iglesias cesacionistas niegan la vigencia de los dones. Estos no se manifiestas en ellas, por ende. Las iglesias pentecostales enseñan, buscan y expresan los dones del Espíritu. Aun así, algunos escasean en su seno, como el don de milagros; otros, como el de "interpretación de lenguas" llegan a ser una verdadera rareza. Cuánto nos hemos empobrecido con relación a aquella antigua riqueza. Los que un día vimos en la atención a los dones la diferencia entre morir y vivir, leemos estas palabras del apóstol con añoranza.

Es por eso hermoso pensar en aquellos revueltos corintios. Tenían problemas muy parecidos a los de nosotros. Disputaban desde posiciones de grupos ("yo soy de Apolos, yo de Cefas, y yo de Pablo. I Co. 1: 12), pero tenían una inmensa riqueza: "nada os falta de ningún don", les decía Pablo.

Quiera Dios un día podamos volver a hablar así.