Dios en mis sentidos, 1992. Se cumplen treinta años de aquella querida primera publicación. Era un libro pequeño, pero tenía el valor de ser el primero. Lo escribimos mi esposa y yo. Usamos para redactarlo nuestra pequeña máquina de escribir. Pasamos luego la noche entera imprimiéndolo en un mimeógrafo manual, en el cuarto del Templo de Infanta y Santa Marta. Allí está hoy la biblioteca. Nos ayudó en tan arduo trabajo de impresión y ensamblaje, Diego Pérez Mascareño. Se prepararon así trescientos ejemplares.
Su contenido era netamente apologético. Se recorría en sus páginas, con una visión de deslumbre, el accionar de la mano de Dios en el diseño perfecto de nuestros sentidos naturales, ojo, oído, olfato, gusto y tacto. Se le dedicaba luego un capítulo a la maravilla del cerebro humano.
Nos emocionaba la idea de su presentación, y programamos su lanzamiento en la Convención de Jóvenes de las Asambleas de Dios de ese año, en el Templo de la organización en la Ciudad de Ciego de Ávila.
Una vez allí, pedí al Rev. Eliseo Villar Acosta, para entonces presidente nacional de los jóvenes, que me hiciera el anuncio. El Templo estaba desbordado, y él lo presentó con el mayor amor. Los trescientos ejemplares volaron de mano en mano en solo una hora. El costo de venta del ejemplar fue de $1.00 peso cubano.
Regresé a La Habana más que satisfecho. Integré los trescientos pesos recaudados al erario de mi Iglesia. Fue un trabajo de total amor. Lo recuerde Dios en nuestro favor el Día de la eternidad.
Conservo el enorme disquete de 5 1/2 pulgadas al que lo transcribí, pocos meses después. Todo un logro de mis primeros pasos en el mundo de la informática.
Hoy este libro está en Amazon. Junto a veinte voluminosas publicaciones de nuestra autoría, me acompaña en todos los recorridos. Puede verlo en la dirección:
https://mybook.to/Diosenmissentidostp
En Texas muchos lo tienen ya. Es conmovedor saber que algunos hermanos de Cuba lo conservan después de tanto tiempo.
Un libro pequeño, de presentación humilde, pero con el inmensurable valor de ser el primero.
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