Un símil es una comparación. Se diferencia de la metáfora, en que se emplea la palabra “como” o alguna similar. Eso no se hace en la metáfora. Jesús llamó a Herodes “aquella zorra” (Lc. 13:32). Eso era metáfora. Si hubiese dicho “Herodes es como una zorra”, entonces fuera un símil. Prefirió usar la metáfora porque en ese contexto tenía una fuerza mayor.
Ejemplos de símiles en la Biblia: “Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen” (Sal. 103: 11).
“¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra?” (Jer. 23: 29).
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(1) Eric A. Lund, P. C. Nelson. Hermenéutica. Introducción bíblica. Sección 1. Miami: Editorial Vida. 1989, pp. 97, 98.
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