La ironía es una figura retórica en que se expresa lo contrario a lo que se quiere decir, pero resulta evidente el hecho de que se está haciendo. La ironía fina es un recurso extraordinario cuando se sabe usar. Mueve a risa y buen humor en general. Se necesita tacto al hacerlo.
Ejemplos bíblicos de su uso:
El profeta Elías grita a los profetas de Baal y Asera, sobre la cumbre del Carmelo: “Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle” (I Re. 18: 27b). Evidenciaba con ello lo inútil que era el gritar en ellos.
Job dice a sus amigos: “Ciertamente vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría” (Job 12:2). Dejaba claro el patriarca que si algo no tenían aquellos molestos amigos era sabiduría.
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