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martes, 25 de julio de 2023

Profesora Carolyn Hunt, con el Señor

De izquierda a derecha: Profesor Eugene Hunt, Profesora Carolyn Hunt, Pastora Elízabeth de la Cruz de Ríos, Pastor Octavio Ríos Verdecia, Profesora María Landa. Abril de 2004. Santa Clara, Cuba. Primer Módulo de la Maestría en Teología Práctica de la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios de América Latina

En horas de la tarde de hoy, con hondo pesar, supimos mi esposa y yo acerca de la partida a la eternidad de la profesora Carolyn Hunt. En su muro de Facebook, el Profesor Raymond Eugene Hunt, su compañero en la vida y el ministerio, anunció con sentidas palabras:

 

Mi dulce esposa de casi cincuenta y ocho años recibió su eterna recompensa anoche alrededor de la medianoche aquí en nuestro hogar. Angela y yo estuvimos con ella cuando tomó su último aliento en esta tierra (...). Dios es fiel y, a pesar de un prolongado declive con Alzheimer, ¡nunca le permitió perder su dulce espíritu y sonreír! Literalmente miles, junto con los que ella llamó familia, han sido bendecidos por su servicio como esposa, madre, misionera y oradora. ¡A Dios sea la gloria!

 

Los Profesores Raymond Eugene y Carolyn Hunt, misioneros por muchos años de las Asambleas de Dios de los Estados Unidos en República Dominicana, fundaron en Cuba la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios de América Latina, a las alturas de abril de 2004. Mi esposa y yo tuvimos el privilegio de disfrutar la certera mentoría de los dos en la asignatura «Aconsejamiento de familia».

Se repetiría la grata visita y ministración del Profesor Eugene Hunt en abril de 2005 impartiéndonos para entonces la asignatura «Ética bíblica». Dios nos conferiría el inmerecido privilegio de ser los primeros graduados en Cuba de la Maestría en Teología Práctica por la Facultad de Teología, y el Profesor Eugene Hunt formaría parte del Tribunal de Tesis que evaluó con paciencia la defensa que hicimos, cuando completábamos los ejercicios de grado para su terminación, el 24 de abril de 2009.

El acto de graduación, organizado por esta prestigiosa Facultad, se hizo el 24 de abril de 2009, en el campamento de la Fraternidad Bautista de Guanabacoa, La Habana, que fungió como sede de los últimos módulos. Allí se me pidió que dijera o leyera unas palabras. Estas serían grabadas para la historia. Mucho tardé en componer las ideas porque un cúmulo de gratitudes se me apelotonaron en el alma. A la par que estos excelsos expositores de la Palabra trajeron el más alto nivel de instrucción teológica, nos conmovió mil veces verlos tan preocupados por Latinoamérica. Contemplando en un viejo mapa esta inmensa franja de la tierra creada por Dios, desde el sur del río Bravo hasta la Patagonia, hube de sorprenderme, por primera vez, en tantos años, sintiendo por ella amor. Una de las grandes paradojas de mi vida es que hayan sido norteamericanos los que me enseñaron a amar a América Latina.

Por todo esto aquella breve lectura era para mí un gran compromiso. Solo tendría diez minutos para leer, y una vida entera para recordar con aprobación si lo hice con justicia, o para reprocharme no haber alcanzado el nivel de dignidad, donde la gratitud me exigía llegar.

Oré. Sentidamente oré. Entonces escribí, entonces leí:

 

La Habana, 24 de abril de 2009

Una vez más Jesucristo nos ha guiado al éxito. El autor de los Proverbios nos dice en el capítulo 3, versículo 6: «Reconócelo en todos tus caminos…», y en el epílogo del largo capítulo escrito hasta aquí, no tenemos otra opción que decir como los discípulos a Tomás: «Al Señor hemos visto…» (Jn. 20:25).

Celebrar unidos este triunfo aumenta en nosotros la alegría. Esquivando cualquier pensamiento que aluda a méritos personales, consideramos la de hoy como una victoria de las Asambleas de Dios en Cuba.

Alzamos nuestra voz desde una perspectiva de gratitud (…). Como graduando, al término de esta trayectoria quiero dejar un mensaje de honra a todos los profesores que impartieron en Cuba el primer curso de la Maestría en Teología Práctica, entre los años 2004 y 2009. No puedo evitar el efecto que me produce en el recuerdo el profesor Eugenio Hunt, tres veces presente en Cuba. Sus rectificaciones con grandes trazos rojos, que al principio tanto nos asustaron, llegaron a convertirse en moldes referentes que guiaron al éxito a todas las demás monografías.

La profesora María Landa, Supervisora de Archivos Académicos, dos veces presente en Cuba, increíblemente diligente en la comunicación, serena, resuelta, sufrida, ha dejado en este curso, como estela imborrable, la impronta de su noble trabajo.

El profesor Mike Lawrence, Decano de la Facultad, Presidente del tribunal, anduvo al calor del mediodía y desafió con entereza cristiana el peligro de la última milla. Al recibir mi tesis encontré la huella de su asombroso trabajo en cada página, cada párrafo, cada renglón, cada palabra, cada pie de hoja; no hubo un rincón del inmenso documento que no hurgara con su examen profundo. Sus trabajos de rectificación, criterios y sabios aportes fueron determinantes para el éxito final. En él se unieron un investigador bíblico del más alto nivel y un incomparable trabajador. Debe ser recordado por su inteligencia y seriedad, visión profunda e incalculable laboriosidad.

En el más delicado lugar de mi recuerdo guardaré la memoria de cada maestro. A riesgo de salud, estabilidad y vida (…) cada uno de estos meritísimos y altamente calificados eruditos bíblicos capitaneó una verdadera aventura, enrumbando sus barcas hasta acá. Hondamente agradecidos los cubanos les recuerdan con amor. Sus expresiones, testimonios, noble enseñanza y ferviente ministración acompañarán a la Iglesia cubana toda la vida.          

Mención especial se hace del profesor Larry Mc Neill, Doctor en Ministerio, Rector Internacional de la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios de América Latina y Profesor de Historia y Literatura del Antiguo Testamento. Los ángeles le oyeron decir: «...me voy al Libro de los Hechos; me voy a Cuba...», y como apóstol del Señor, llamado a marcar con su misión los tiempos, a Cuba le trajeron.

«En memoria eterna será el justo» (Sal. 112:6).

Ver en: Octavio Ríos. Graduación. 

https://youtu.be/R3B_129YZek

  

La Profesora Carolyn Hunt, presente en Cuba en la fundación de tan importante Facultad, compartió con su esposo, por décadas, los grandes avatares de la vida misionera, y anduvo siempre tras él impulsándole al servicio por toda América Latina, sufriendo con amor la pena temporal de su separación.

Al despedirla en el Señor agradecemos por su invaluable hora de servicios y por el beneficio que significó para nuestras vidas su sacrificada entrega en el Espíritu.

Reciba la recompensa eterna y el descanso merecido en Cristo que espera a todos los que, como ella, dedicaron su vida a la causa mayor: el Evangelio.

Desde Rios de la Cruz Books Ministries y en nombre de nuestra familia reciban el Profesor Eugene Hunt y familia nuestro cálido mensaje de amor y más sentida oración en favor del abrazo perfecto del Espíritu Santo a sus vidas, con la convicción de que toda separación en Cristo es temporal, porque viene la hora en que la gran Trompeta sonará, «y los muertos en Cristo resucitarán primero» (I Ts. 4:16), en «la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (Ti. 2:13).

Porque así dijo el Señor: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente» (Jn. 11: 25, 26).

 

Dios les bendiga.

 

Rev. Dr. Octavio Ríos Verdecia

Revda. Dra. Elízabeth de la Cruz de Ríos

Dra. Elízabeth Ríos de la Cruz

Dra. Viria Ríos de la Cruz



4 comentarios:

  1. Ella fue quien creó el programa de Las Misioneras

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  2. Ella fue la que creo el programa de Las Misioneritas. Así como fue especial en mi vida, también lo fue para muchas personas en América, al recibir las enseñanzas de ese programa.

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    Respuestas
    1. Así es, hermana Eunice Thompson. Tiene toda la razón. La vida de la Profesora Carolyn Hunt fue de impacto a mucho pueblo. Descanse en el Señor.

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