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lunes, 29 de julio de 2024

Dos palabras a favor de Pedro

La negación que  Pedro hizo de Jesús no fue natural, nació de una opresiva inspiración satánica; vino con fuerza aplastante de aquel a quién el Señor llamó «príncipe de este mundo», (Jn. 16:11). ¿Cómo lo sabemos? Lucas 22:31, 32, lo revela: «Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos»
Pedro, asombrado antes tales palabras contestó: «Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte» (v. 33). No era un hombre de dobleces, al hablar así era sincero. A poco de pronunciar aquellas palabras se lanzaría solitario, espada en mano, contra un pelotón del Templo; embistío a Malco, siervo del Sumo Sacerdote, que debió resaltar a la cabeza de los que venían contra Jesús (Jn. 18:10). Hasta aquí se estaba moviendo con esas pequeñas fuerzas humanas de las que todos presumimos. Aquellas palabras, «...no solo a la cárcel..., también a la muerte», eran una afirmación seria con la que el apóstol sería consecuente, pero no se trataba de presiones naturales: Satanás le empujaría con violencia a fin de hiciera algo que nunca hubiera hecho: negar al Señor. Acerca de las consecuencias de esa presión le diría Jesús:  «Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces» (v. 34)
«El único poder coercitivo frente a las fuerzas del mal es el Espíritu Santo», así dijo un día a grandes voces la legendaria evangelista norteamericana Kathryn Kuhlman. Dos meses después vendría ese poder pleno sobre Pedro en Pentecostés, y ese golpeado pescador de Galilea, que titubeo ante una criada de Anás (Jn. 18:17), que claudicó ante matreros de orilla que le señalaron como galileo y obvio seguidor de Jesús, se levantaría y haría la más poderosa, temeraria y sacudidora presentación del Evangelio. A horas de aquel momento, en presencia no ya de la criada, sino del mismísimo Sumo Sacerdote, Caifás, de su suegro Anás y de Juan y Alejandro, funcionarios honoríficos del Templo, diría con irresistible poder: «Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hch. 4: 11, 12)
Volverían sobre él las presiones satánicas, le seguirían la cárcel, la persecución, y finalmente en Roma la muerte, como testigo fiel del Señor Jesús, pero nunca más le negó. Enfrentó los demoledores empujes satánicos con un Poder que está sobre todo otro: aquel que solo puede traer a la vida del hijo de Dios el Espíritu Santo.
Pedro nos espera en el cielo. ¿Cómo lo sé? Juan lo  vio; su nombre está escrito en una de las bases de los cimientos del muro de la Nueva Jerusalén celestial. «Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero» (Ap. 21:14).
Aquel poder que hizo el cambio en Pedro lo puede hacer en ti. Poco importa la distancia a veces inmensurable con la que nos alejamos del Señor. Está previsto el regreso: «...y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos» (v. 32). 



domingo, 28 de julio de 2024

Didácticamente interesante

Si cambio la «W» por una «T» tengo la respuesta a la pregunta:

What - That
Where - There
When - Then

Didácticamente interesante.


viernes, 26 de julio de 2024

Nidia Abad, con el Señor

Éramos escolares cuando conocimos a Nidia Abad. Compartíamos escuela y aulas con sus hijitos, Ismael e Iriana. Nació y creció en la cálida Santiago de Cuba. Curiosamente, en la madrugada del 26 de julio de 1953, se encontraba en el Hospital Civil; requería atención quirúrgica de urgencia por apendicitis; minutos después era asaltado el Cuartel Moncada y el hospital venía a ser ocupado por veintiún asaltantes que disparaban contra sus muros y postas. Eran tiempos en que los medicamentos a usar debían ser llevados por los familiares. Su padre fue retenido a la entrada de la sede, y ella se vio bajo el riesgo de la dilación quirúrgica frente a tal urgencia. Tenía 13 años. Dios la guardó de morir. 
Supimos con admiración que, en las difíciles décadas de 1960 y 70, sostuvo grandes luchas en pro de la supervivencia de la fe familiar. Tenía una raigal formación católica. Al lado de su esposo, Ismael Alfonso, sacó adelante la vida natural y espiritual de su familia en ese mar de complejas contradicciones que fue la Cuba de entonces.
Inspiró a sus hijos en las artes, la lectura y el crecimiento personal. En sus años finales tuvo un curioso acercamiento al movimiento pentecostal cubano que nos hizo mirarla con renovada simpatía. Este 26 de julio de 2024 (qué fecha tan coincidente), se despidió de todos de este lado de la vida, y se elevó hasta alcanzar la recompensa eterna, en el descanso supremo de los santos. 
Nos precede en el cielo. Allí esperamos ver un día su sonrisa esplendente y su alma redimida. Su hijita, Iriana, con quién compartimos tantos años de fatigas escolares en barrios cercanos, le dedicó en la despedida este hermoso poema:

A mi mamá Nidia

En el susurro del viento, madre querida,  
Te siento cerca, en cada amanecer,  
Como un rayo de luz que, aunque perdida,  
Brilla en mi corazón y me hace entender.

Te extrañaré, Nidia, en cada instante,  
Tu risa, que era un canto, un sinfín de amor,  
Un eco en la casa, un abrazo constante,  
Tu esencia que vive, inmortal en mi flor.

Ahora en el cielo, con papá a tu lado,  
Y mi hermano que guarda tu risa también,  
Dios te llama suave, en su abrazo sagrado,  
Allí donde el tiempo no duele, amén.

Contigo se fue un pedazo de vida,  
Pero el legado es fuerte, nunca se irá,  
Con cada lágrima, con cada herida,  
Te llevo en mi alma, eternamente estarás.

Miro hacia arriba, busco tu estrella,  
La más brillante que en sus cielos brilló,  
Y en cada rezo, en cada centella,  
Te envío cariño, amor que no morirá.

A ti, madre Nidia, mi sueño serás,  
Recordarte siempre, jamás me abandonarás  
Aunque la distancia la vida seguirá,  
En mi corazón, por siempre, vivirás



jueves, 25 de julio de 2024

La soledad, desde la poesía uruguaya…

Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931), para muchos el más alto exponente de la poesía romántica uruguaya fue Licenciado en Leyes y Ciencias Políticas, profesor de Literatura de la Universidad de Montevideo, Catedrático de Derecho Internacional, escritor, periodista y poeta. Dejó entrever en su versificación la noble influencia de Bécquer (1).

En su poema «La soledad», que aparece debajo, nos legó una honda percepción lírica que cierra en su última esquela con un sorprendente desenlace poético.

En 1975, Uruguay, agradecida, le levantó en bronce una estatua sedente. La colocaron en su terruño de Punta Carreta, Montevideo. En ella aparece el poeta con un libro abierto apoyado sobre la pierna derecha. Todos los que pasan por aquel hermoso paraje sureño pueden verla. Dicen sentirla regia, solemne, solitaria...

 

La soledad

 

La soledad se sienta al lado mío

De noche, a medio día, en la alborada.

Yo la miro, y me mira... y le pregunto:

           ¿De dónde vienes? Habla.

 

De un desierto, me dice, de un desierto

Tendido en sus arenas abrasadas;

De un bosque cuyos pájaros murieron

En una noche demasiado larga.

 

De las ruinas de un templo abandonado,

Entre las cuales los recuerdos andan

Como alondras heridas y sin nido,

Que buscan sitio en que morir calladas.

 

De una llanura que crucé de prisa

En la noche, después de una batalla;

Vengo hasta aquí desde muy lejos... Vengo

         Del fondo de tu alma. (2)

 

 

 

__________

 

 

(1) Tomás Fernández y Elena Tamaro. «Biografía de Juan Zorrilla de San Martín». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en:

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/z/zorrilla_de_san_martin.htm  

Accedido: 25 de julio de 2024.

 

(2) Se respetó la ortografía original del poema. Fue tomado de:

Roger D. Bassagoda. La poesía amatoria de Don Juan Zorrilla de San Martín. Montevideo: Imp. LIGU. 1952, p. 25.




miércoles, 24 de julio de 2024

Discurso completo de Benjamín Netanyahu ante las dos Cámaras del Congreso de Estados Unidos, 24 de julio de 2024

Presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson,

Senador Ben Cardin,

Líder de la Minoría, Hakeem Jeffries,

Líder de la Mayoría del Senado, Chuck Schumer,

Líder de la Minoría del Senado, Mitch McConnell,

Senadores,

Miembros del Congreso,

Distinguidos invitados.

 

Señor Presidente, quiero agradecerle por darme el profundo honor de dirigirme a esta gran ciudadela de la democracia por cuarta vez.

Nos reunimos hoy en una encrucijada de la historia. Nuestro mundo está convulsionado. En Oriente Medio, el eje del terror de Irán se enfrenta a Estados Unidos, Israel y nuestros amigos árabes. Este no es un choque de civilizaciones. Es un choque entre la barbarie y la civilización. Es un choque entre aquellos que glorifican la muerte y aquellos que santifican la vida.

Para que las fuerzas de la civilización triunfen, Estados Unidos e Israel deben permanecer unidos. Porque cuando nos mantenemos unidos, sucede algo muy simple: nosotros ganamos, ellos pierden.

Y mis amigos, hoy vine a asegurarles una cosa: ganaremos.

Damas y caballeros, como el 7 de diciembre de 1941, y el 11 de septiembre de 2001, el 7 de octubre, es un día que vivirá por siempre en la infamia.

Era la festividad judía de Simjat Torá. Comenzó como un día perfecto. Ni una nube en el cielo. Miles de jóvenes israelíes estaban celebrando en un festival de música al aire libre. Y de repente, a las 6:29 am, mientras los niños todavía dormían profundamente en sus camas en las ciudades y Kibutz junto a Gaza, de repente el cielo se convirtió en infierno.

Tres mil terroristas de Hamás irrumpieron en Israel. Masacraron a 1.200 personas de 41 países, incluidos 39 estadounidenses. Proporcionalmente, comparado con el tamaño de nuestra población, eso es como veinte 11 de septiembres en un día.

Y estos monstruos violaron mujeres, decapitaron hombres, quemaron bebés vivos, mataron a padres delante de sus hijos y a niños delante de sus padres. Arrastraron a 255 personas, tanto vivas como muertas, a las oscuras mazmorras de Gaza.

Israel ya ha devuelto a casa a 135 de estos rehenes, incluidos siete que fueron liberados en audaces operaciones de rescate. Uno de esos rehenes liberados, Noa Argamani, está aquí en la galería sentada junto a mi esposa Sara.

En la mañana del 7 de octubre, el mundo entero vio la mirada de desesperación de Noa cuando fue secuestrada violentamente y llevada a Gaza en la parte trasera de una motocicleta. Conocí a la madre de Noa, Liora, hace unos meses. Ella se estaba muriendo de cáncer. Me dijo: “Primer Ministro, tengo un último deseo. Deseo abrazar a mi hija Noa una última vez antes de morir”.

Hace dos meses, autoricé una impresionante operación de rescate de comandos. Nuestras Fuerzas Especiales, incluido un heroico oficial llamado Arnon Zmora, que cayó en esta batalla, rescataron a Noa y a otros tres rehenes.

Creo que es una de las cosas más conmovedoras, cuando Noa se reunió con su madre, Liora, y el último deseo de su madre se hizo realidad.

Noa, estamos muy contentos de tenerte con nosotros hoy. Gracias.

Muchas familias de rehenes también están aquí con nosotros hoy, incluyendo a Eliyahu Bibas. Eliyahu Bibas es el abuelo de esos dos hermosos niños pelirrojos, los niños Bibas, unos bebés. Y fueron tomados como rehenes junto con su madre y el hijo de Eliyahu. Toda la familia fue tomada como rehén. Dos hermosos niños pelirrojos tomados como rehenes. Qué monstruos.

Y con nosotros también está Iris Haim, cuyo hijo Yotam escapó valientemente del cautiverio de Hamás con otros dos israelíes, y trágicamente fueron abatidos mientras regresaban a nuestras líneas.

También tenemos con nosotros a las familias de los rehenes estadounidenses. Están aquí.

El dolor que estas familias han soportado es indescriptible. Me reuní con ellos nuevamente ayer y les prometí esto. No descansaré hasta que todos sus seres queridos estén en casa. Todos ellos.

Mientras hablamos, estamos participando activamente en intensos esfuerzos para asegurar su liberación, y confío en que estos esfuerzos puedan tener éxito. Algunos de ellos se están llevando a cabo ahora mismo.

Quiero agradecer al presidente Biden por sus incansables esfuerzos en favor de los rehenes y también por sus esfuerzos en favor de las familias de los rehenes.

Agradezco al presidente Biden por su sincero apoyo a Israel después del salvaje ataque del 7 de octubre. Con razón llamó a Hamás “pura maldad”. Envió dos portaaviones a Oriente Medio para disuadir una guerra más amplia. Y fue a Israel para estar con nosotros durante nuestro momento más oscuro, una visita que nunca será olvidada.

El presidente Biden y yo nos conocemos desde hace más de cuarenta años. Quiero agradecerle por medio siglo de amistad con Israel y por ser, como él dice, un orgulloso sionista. En realidad, dice, un orgulloso sionista irlandés-estadounidense.

Amigos míos, durante más de nueve meses, los soldados de Israel han demostrado un coraje ilimitado.

Con nosotros hoy está el teniente Avichail Reuven. Avichail es un oficial de los paracaidistas israelíes. Su familia emigró a Israel desde Etiopía. En las primeras horas del 7 de octubre, Avichail escuchó la noticia de la sangrienta masacre de Hamás. Se puso el uniforme, cogió el fusil, pero no tenía coche. Así que corrió ocho millas hasta el frente de Gaza para defender a su pueblo. Oyeron bien. Corrió ocho millas, llegó al frente, mató a muchos terroristas y salvó muchas, muchas vidas. Avichail, todos honramos tu extraordinario heroísmo.

Otro israelí está con nosotros hoy aquí. Está de pie junto a Avichail. Se trata del sargento mayor Ashraf al Bahiri. Ashraf es un soldado beduino de la comunidad musulmana israelí de Rahat. El 7 de octubre, Ashraf también mató a muchos terroristas. Primero, defendió a sus camaradas en la base militar, y luego se apresuró a defender a las comunidades vecinas, incluida la devastada comunidad del Kibutz Be’eri.

Al igual que Ashraf, los soldados musulmanes de las FDI lucharon junto a sus camaradas de armas judíos, drusos, cristianos y otros con una tremenda valentía.

Un tercer héroe, el teniente Asa Sofer [ph], también está aquí con nosotros. Asa luchó como oficial en el cuerpo de tanques y fue herido en batalla. Fue herido en batalla mientras protegía a sus compañeros soldados de una granada. Perdió su brazo derecho y la visión de su ojo izquierdo. Se está recuperando e increíblemente, dentro de poco tiempo, Asa pronto volverá al servicio activo como comandante de una compañía de tanques.

Acabo de enterarme de que hay un cuarto héroe aquí: el teniente Yonatan, Yonatan Ben Hamo (ph), que perdió una pierna en Gaza y continuó luchando.

Amigos míos, estos son los soldados de Israel: inquebrantables, impávidos, sin miedo.

Como dice la Biblia, “עם כלביא יקום” —se levantarán como leones. Se han levantado como leones, los leones de Judá, los leones de Israel.

Damas y caballeros, los hombres y mujeres de las FDI provienen de todos los rincones de la sociedad israelí, de todas las etnias, de todos los colores, de todos los credos, de izquierdas y derechas, religiosos y seculares. Todos están imbuidos del espíritu indomable de los Macabeos, los legendarios guerreros judíos de la antigüedad.

Con nosotros hoy está Yechiel Leiter, el padre de uno de esos Macabeos. El padre de Yehiel escapó del Holocausto y encontró refugio en Estados Unidos. De joven, Yechiel se mudó a Israel y crió a una familia de ocho hijos. Llamó a su hijo mayor Moshe en honor a su difunto padre. Moshe se convirtió en un oficial ejemplar en una de nuestras unidades de comando de élite. Sirvió con distinción durante dos décadas mientras criaba a seis hermosos hijos propios.

El 7 de octubre, Moshe se ofreció como voluntario para volver al combate. Cuatro semanas después, murió cuando una mina trampa explotó en el pozo de un túnel justo al lado de una mezquita. En el funeral de su hijo, Yechiel dijo lo siguiente: “Si el Estado de Israel no se hubiera establecido después del Holocausto, la imagen grabada en nuestra memoria colectiva habría sido la fotografía de aquel niño judío indefenso en el gueto de Varsovia con las manos en alto y los rifles nazis apuntándole. Pero gracias al nacimiento de Israel”, continuó Yechiel, “gracias al coraje de soldados como mi hijo Moshe, el pueblo judío ya no está indefenso frente a nuestros enemigos”.

Yechiel, por favor, ponte de pie para que podamos honrar el sacrificio de tu hijo. Y te prometo a ti y a todas las familias de Israel en duelo, algunas de las cuales están hoy en esta sala, que el sacrificio de tus seres queridos no será en vano. No será en vano porque para Israel, “nunca más” nunca debe ser una promesa vacía. Siempre debe seguir siendo un voto sagrado. Y después del 7 de octubre, “nunca más” es ahora.

Amigos míos, derrotar a nuestros brutales enemigos requiere tanto coraje como claridad. La claridad comienza por saber la diferencia entre el bien y el mal. Sin embargo, muchísimos manifestantes antiisraelíes eligen apoyar al mal. Apoyan a Hamás. Apoyan a violadores y asesinos. Apoyan a la gente que entró en los Kibutzim, en una casa, los padres escondieron a los niños, los dos bebés, en el ático, en un ático secreto. Asesinaron a la familia, a los padres, encontraron el pestillo secreto del ático oculto y luego asesinaron a los bebés. Estos manifestantes están con ellos. Deberían avergonzarse de sí mismos.

Se niegan a hacer la simple distinción entre quienes atacan a los terroristas y quienes atacan a los civiles, entre el Estado democrático de Israel y los matones terroristas de Hamás. Recientemente supimos, por el Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, que Irán está financiando y promoviendo protestas contra Israel en Estados Unidos. Quieren perturbar a Estados Unidos.

Por eso estos manifestantes quemaron banderas estadounidenses incluso el 4 de julio. Y quiero saludar a los hermanos de la fraternidad de la Universidad de Carolina del Norte que protegieron la bandera estadounidense, protegieron la bandera estadounidense contra estos manifestantes antiisraelíes.

Por lo que sabemos, Irán está financiando las protestas antiisraelíes que están ocurriendo ahora mismo fuera de este edificio -no son muchas, pero están ahí- y por toda la ciudad. Bueno, tengo un mensaje para estos manifestantes: cuando los tiranos de Teherán, que cuelgan a los gays de grúas y asesinan a las mujeres por no cubrirse el pelo, los están alabando, promoviendo y financiando, se han convertido oficialmente en los idiotas útiles de Irán.

Es asombroso, absolutamente asombroso. Algunos de estos manifestantes sostienen carteles que proclaman “Gays para Gaza”. También podrían sostener carteles que digan “Pollos para KFC”.

Estos manifestantes cantan “Del río al mar”. Pero muchos no tienen ni idea de qué río y de qué mar están hablando. No sólo obtienen un 0 [cero] en geografía, obtienen una 0 [cero] en historia. Llaman a Israel un Estado colonialista. ¿No saben que la Tierra de Israel es donde Abraham, Isaac y Jacob oraron, donde Isaías y Jeremías predicaron y donde David y Salomón gobernaron?

Durante casi cuatro mil años, la Tierra de Israel ha sido la patria del pueblo judío. Siempre ha sido nuestro hogar y siempre lo será.

No son sólo los manifestantes en las universidades los que se equivocan. También lo son las personas que dirigen esas universidades. Ochenta años después del Holocausto, los presidentes de Harvard, Penn y, me avergüenza decirlo, mi alma mater, el MIT, no pudieron condenar los llamamientos al genocidio de los judíos. ¿Recuerdan lo que dijeron? Dijeron que depende del contexto. Bueno, permítanme darles un poco de contexto a estos académicos desconcertados.

El antisemitismo es el odio más antiguo del mundo. Durante siglos, la masacre de judíos siempre estuvo precedida por acusaciones descabelladas. Se nos acusaba de todo, desde envenenar pozos hasta propagar plagas o utilizar la sangre de niños sacrificados para hornear Matzot de Pascua. Estas absurdas mentiras antisemitas llevaron a la persecución, al asesinato en masa y, en última instancia, al peor genocidio de la historia, el Holocausto.

Ahora, de la misma manera que se lanzaron durante siglos mentiras maliciosas contra el pueblo judío, ahora se lanzan mentiras maliciosas contra el Estado judío. No, no. No aplaudan. Escuchen. Las escandalosas calumnias que pintan a Israel como racista y genocida tienen como objetivo deslegitimar a Israel, demonizar al Estado judío y demonizar a los judíos en todas partes. Y no es de extrañar, no es de extrañar que hayamos presenciado un aumento espantoso del antisemitismo en Estados Unidos y en todo el mundo.

Amigos míos, siempre y donde sea que veamos el azote del antisemitismo, debemos condenarlo inequívocamente y combatirlo resueltamente, sin excepción.

Y no se dejen engañar cuando los libelos de sangre contra el Estado judío vengan de gente que viste elegantes túnicas de seda y habla en tono altivo sobre la ley y la justicia.

He aquí un ejemplo: el fiscal de la Corte Penal Internacional ha acusado vergonzosamente a Israel de matar deliberadamente de hambre a la población de Gaza. Esto es una completa tontería. Es una invención total. Israel ha permitido que más de 40.000 camiones de ayuda entraran en Gaza. Eso supone medio millón de toneladas de alimentos, y más de 3.000 calorías por cada hombre, mujer y niño de Gaza. Si hay palestinos en Gaza que no reciben suficiente comida, no es porque Israel se la esté bloqueando, es porque Hamás se la está robando.

Hasta ahí llegó esa mentira, pero aquí hay otra: el fiscal de la CPI acusa a Israel de atacar deliberadamente a civiles. ¿De qué demonios está hablando? El ejército israelí ha lanzado millones de volantes, enviado millones de mensajes de texto, hecho cientos de miles de llamadas telefónicas para sacar a los civiles palestinos del peligro.

Pero al mismo tiempo, Hamás hace todo lo posible para poner a los civiles palestinos en peligro. Disparan cohetes desde escuelas, hospitales, mezquitas. Incluso disparan a su propia gente cuando intenta abandonar la zona de guerra. Un alto funcionario de Hamás, Fathi Hamad, se jactó -escuchen esto- de que las mujeres y los niños palestinos son excelentes escudos humanos. Sus palabras: “son excelentes escudos humanos”. Qué maldad monstruosa.

Para Israel, cada muerte de civiles es una tragedia. Para Hamás, es una estrategia. En realidad quieren que mueran civiles palestinos, para que Israel sea difamado en los medios internacionales y se vea presionado a terminar la guerra antes de que se gane.

Esto permitiría a Hamás sobrevivir otro día, y como prometieron, llevar a cabo el 7 de octubre una y otra vez. Bueno, quiero asegurarles, no importa la presión que ejerzan, nunca permitiré que eso suceda.

La gran mayoría de los estadounidenses no se han dejado engañar por la propaganda de Hamás. Siguen apoyando a Israel, y quiero decir: gracias, Estados Unidos, y gracias, senadores y miembros de la Cámara de Representantes que siguen apoyándonos, que siguen apoyando a Israel, que siguen apoyando la verdad y que ven más allá de las mentiras.

Pero en cuanto a la minoría que puede haber caído en la trampa de Hamás, les sugiero que escuchen al coronel John Spencer. John Spencer es el jefe de estudios de guerra urbana en West Point. Estudió todos los conflictos urbanos importantes, iba a decir de la historia moderna, pero me corrigió, no: de la historia.

Israel, dijo, ha implementado más precauciones para prevenir daños a civiles que cualquier ejército en la historia y más allá de lo que exige el derecho internacional.

Es por eso que, a pesar de todas las mentiras que han escuchado, la guerra en Gaza tiene una de las proporciones más bajas de combatientes en relación con las bajas no combatientes en la historia de la guerra urbana.

¿Y quieren saber dónde es más baja en Gaza? Es más baja en Rafah. En Rafah. ¿Recuerdan lo que dijo tanta gente? Si Israel entra en Rafah, habrá miles, tal vez decenas de miles de civiles muertos. Bueno, la semana pasada estuve en Rafah. Visité a nuestras tropas cuando terminaban de luchar contra los batallones terroristas que quedaban de Hamás. Le pregunté al comandante allí: “¿Cuántos terroristas eliminaron en Rafah?”. Me dio una cifra exacta: 1.203.

Le pregunté: “¿Cuántos civiles murieron?” Me dijo: “Primer ministro, prácticamente ninguno. Con la excepción de un solo incidente, cuando la metralla de una bomba cayó en un depósito de armas de Hamás y mató involuntariamente a dos docenas de personas, la respuesta es prácticamente ninguno”. ¿Quieren saber por qué? Porque Israel puso a los civiles fuera de peligro, algo que la gente decía que nunca podríamos hacer, pero lo hicimos.

Estos héroes aquí hoy, los heroicos soldados de Israel, no deberían ser condenados por cómo están llevando a cabo la guerra en Gaza. Deberían ser elogiados por ello.

Quiero agradecerles a todos ustedes aquí hoy que se han opuesto enérgicamente a las falsas acusaciones de la CPI y han defendido la verdad. Estas mentiras no sólo son difamatorias, sino que son absolutamente peligrosas. La CPI está tratando de amarrarle las manos a Israel y evitar que nos defendamos. Y si Israel tiene las manos atadas, el próximo será Estados Unidos. Les diré qué más le espera. La capacidad de todas las democracias para luchar contra el terrorismo se verá en peligro. Eso es lo que está en juego. Así que permítanme asegurarles que las manos del Estado judío nunca estarán atadas. Israel siempre se defenderá.

Amigos míos, en Oriente Medio, Irán está prácticamente detrás de todo el terrorismo, de toda la agitación, de todo el caos, de todas las matanzas. Y eso no debería sorprender a nadie. Cuando fundó la República Islámica, el Ayatolá Jomeini prometió: “Exportaremos nuestra revolución a todo el mundo. Exportaremos la revolución islámica a todo el mundo”.

Ahora bien, pregúntense: ¿qué país se interpone en última instancia en el camino de los planes maníacos de Irán de imponer el Islam radical en el mundo? Y la respuesta es clara: Estados Unidos, el guardián de la civilización occidental y la mayor potencia del mundo. Por eso Irán ve a Estados Unidos como su mayor enemigo.

El mes pasado, escuché un comentario revelador, aparentemente sobre la guerra en Gaza, pero sobre otra cosa. Provino del ministro de Asuntos Exteriores del Hezbolá, el aliado de Irán, y dijo lo siguiente: “Esta no es una guerra con Israel. Israel”, dijo, “es meramente una herramienta. La guerra principal, la verdadera guerra, es con Estados Unidos”.

El régimen de Irán ha estado luchando contra Estados Unidos desde el momento en que llegó al poder. En 1979, Irán asaltó la embajada estadounidense y tomó como rehenes a decenas de estadounidenses durante 444 días.

Desde entonces, los agentes terroristas de Irán han atacado a Estados Unidos en Oriente Medio y más allá. En Beirut, mataron a 241 militares estadounidenses. En África, bombardearon embajadas estadounidenses. En Irak, suministraron explosivos para mutilar y matar a miles de soldados estadounidenses. En Estados Unidos, enviaron escuadrones de la muerte. Enviaron escuadrones de la muerte aquí para asesinar a un ex secretario de Estado y a un ex asesor de seguridad nacional. Y, como supimos hace poco, incluso amenazaron descaradamente con asesinar al presidente Trump.

Pero Irán entiende que para desafiar verdaderamente a Estados Unidos, primero debe conquistar Oriente Medio. Y para ello utiliza a sus numerosos agentes, incluidos los hutíes, Hezbolá y Hamás. Sin embargo, en el corazón de Oriente Medio, interponiéndose en el camino de Irán, hay una orgullosa democracia proestadounidense: mi país, el Estado de Israel.

Por eso las turbas de Teherán cantan “Muerte a Israel” antes de cantar “Muerte a Estados Unidos”. Para Irán, Israel es lo primero, Estados Unidos es el siguiente. Por eso, cuando Israel lucha contra Hamás, luchamos contra Irán. Cuando luchamos contra Hezbolá, luchamos contra Irán. Cuando luchamos contra los hutíes, luchamos contra Irán. Y cuando luchamos contra Irán, luchamos contra el enemigo más radical y asesino de los Estados Unidos de América.

Y una cosa más: cuando Israel actúa para impedir que Irán desarrolle armas nucleares, armas nucleares que podrían destruir Israel y amenazar a todas las ciudades estadounidenses, a todas las ciudades de las que vienen, no sólo nos estamos protegiendo a nosotros mismos, sino a ustedes.

Amigos míos, si recuerdan una cosa, una cosa de este discurso, recuerden esto: nuestros enemigos son sus enemigos, nuestra lucha es su lucha y nuestra victoria será su victoria.

Damas y caballeros, esa victoria está a la vista. La derrota de Hamas por parte de Israel será un golpe poderoso para el eje del terror de Irán. Otra parte de ese eje, Hezbolá, atacó a Israel el 8 de octubre, un día después del ataque de Hamás. Ha lanzado miles de misiles y aviones no tripulados contra nosotros. 80.000 de nuestros ciudadanos en el norte de Israel evacuaron sus hogares, convirtiéndose en refugiados en su propia tierra. Estamos comprometidos a devolverlos a casa. Preferimos lograrlo diplomáticamente. Pero permítanme ser claro: Israel hará lo que sea necesario para restablecer la seguridad en nuestra frontera norte y devolver a nuestra gente a salvo a sus hogares.

El viernes pasado, un tercer aliado iraní, los hutíes, atacó Tel Aviv con un avión no tripulado mortal. Explotó a unos cientos de pies del consulado estadounidense, matando a una persona e hiriendo a nueve. El sábado autoricé una respuesta rápida a ese ataque.

Todos nuestros enemigos deben saberlo. Quienes atacan a Israel pagarán un precio muy alto.

Y mientras nos defendemos en todos los frentes, sé que Estados Unidos nos respalda. Y les agradezco por ello. A todos los partidos. Gracias.

Amigos míos, durante décadas, Estados Unidos ha proporcionado a Israel una generosa asistencia militar, y un Israel agradecido ha proporcionado a Estados Unidos información crítica que ha salvado muchas vidas. Hemos desarrollado conjuntamente algunas de las armas más sofisticadas de la Tierra.

Elijo mis palabras con cuidado: hemos desarrollado conjuntamente algunas de las armas más sofisticadas de la Tierra, que ayudan a proteger a nuestros dos países. Y también ayudamos a mantener a las tropas estadounidenses fuera del terreno mientras protegemos nuestros intereses compartidos en Oriente Medio.

Agradezco profundamente el apoyo de Estados Unidos, incluso en esta guerra actual. Pero este es un momento excepcional. La rápida ayuda militar estadounidense puede acelerar drásticamente el fin de la guerra en Gaza y ayudar a prevenir una guerra más amplia en Oriente Medio.

En la Segunda Guerra Mundial, mientras Gran Bretaña luchaba en el frente de la civilización, Winston Churchill apeló a los estadounidenses con estas famosas palabras: “Dennos las herramientas y terminaremos el trabajo”. Hoy, mientras Israel lucha en el frente de la civilización, yo también hago un llamamiento a Estados Unidos: “Dennos las herramientas más rápido y terminaremos el trabajo más rápido”.

Mis queridos amigos, la guerra en Gaza podría terminar mañana si Hamás se rinde, se desarma y devuelve a todos los rehenes. Pero si no lo hace, Israel luchará hasta que destruyamos la capacidad militar de Hamas y su dominio en Gaza y llevemos a todos nuestros rehenes de regreso a casa.

Eso es lo que significa la victoria total, y no nos conformaremos con menos.

El día después de que derrotemos a Hamas, podrá surgir una nueva Gaza. Mi visión para ese día es la de una Gaza desmilitarizada y desradicalizada. Israel no busca repoblar Gaza, pero en el futuro previsible, debemos mantener un control absoluto de la seguridad allí para evitar el resurgimiento del terrorismo y asegurar que Gaza nunca más represente una amenaza para Israel.

Gaza debería tener una administración civil dirigida por palestinos que no busquen destruir a Israel. No es pedir demasiado. Es algo fundamental que tenemos derecho a exigir y recibir.

A una nueva generación de palestinos ya no se les debe enseñar a odiar a los judíos, sino a vivir en paz con nosotros. Esas dos palabras gemelas, desmilitarización y desradicalización, fueron dos conceptos que se aplicaron a Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial y que condujeron a décadas de paz, prosperidad y seguridad.

Tras nuestra victoria, con la ayuda de socios regionales, la desmilitarización y desradicalización de Gaza también pueden conducir a un futuro de seguridad, prosperidad y paz. Esa es mi visión para Gaza.

Ahora bien, esta es mi visión para el Oriente Medio en general. También está determinada en parte por lo que vimos después de la Segunda Guerra Mundial. Después de esa guerra, Estados Unidos forjó una alianza de seguridad en Europa para contrarrestar la creciente amenaza soviética. De la misma manera, Estados Unidos e Israel pueden forjar hoy una alianza de seguridad en Oriente Medio para contrarrestar la creciente amenaza iraní.

Todos los países que están en paz con Israel y todos aquellos países que harán la paz con Israel deberían ser invitados a unirse a esta alianza. Vimos un atisbo de esa alianza potencial el 14 de abril. Liderados por Estados Unidos, más de media docena de naciones trabajaron junto a Israel para ayudar a neutralizar cientos de misiles y drones lanzados por Irán contra nosotros.

Gracias, presidente Biden, por reunir esa coalición.

La nueva alianza que imagino sería una extensión natural de los innovadores Acuerdos de Abraham. Esos Acuerdos vieron la paz forjada entre Israel y cuatro países árabes, y fueron apoyados por republicanos y demócratas por igual.

Tengo un nombre para esta nueva alianza. Creo que deberíamos llamarla: La Alianza de Abraham.

Quiero agradecer al presidente Trump por su liderazgo en la intermediación de los históricos Acuerdos de Abraham. Al igual que los estadounidenses, los israelíes se sintieron aliviados de que el presidente Trump emergiera sano y salvo de ese vil ataque contra él, un vil ataque a la democracia estadounidense. No hay lugar para la violencia política en las democracias.

También quiero agradecer al presidente Trump por todo lo que hizo por Israel, desde reconocer la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, hasta enfrentar la agresión de Irán, reconocer a Jerusalén como nuestra capital y trasladar allí la embajada estadounidense. Esa es Jerusalén, nuestra capital eterna que nunca volverá a ser dividida.

Mis queridos amigos, demócratas y republicanos, a pesar de estos tiempos de agitación, tengo esperanzas en el futuro. Tengo esperanzas en Israel porque mi pueblo, el pueblo judío, emergió de las profundidades del infierno, del despojo y el genocidio, y contra todo pronóstico restauramos nuestra soberanía en nuestra antigua patria, construimos una democracia poderosa y vibrante, una democracia que amplía los límites de la innovación para el mejoramiento de toda la humanidad.

Tengo esperanzas en Estados Unidos porque tengo esperanzas en los estadounidenses. Sé cuánto ha sacrificado el pueblo de este país para defender la libertad. Estados Unidos seguirá siendo una fuerza de luz y bien en un mundo oscuro y peligroso. Para los pueblos libres de todo el mundo, Estados Unidos sigue siendo el faro de la libertad que sus extraordinarios fundadores imaginaron en 1776.

Trabajando juntos, confío en que nuestras dos naciones vencerán a los tiranos y terroristas que nos amenazan a ambos. Como primer ministro de Israel, les prometo esto: no importa cuánto tiempo lleve, no importa cuán difícil sea el camino que tenemos por delante, Israel no cederá.

Israel no se doblegará. Defenderemos nuestra tierra. Defenderemos a nuestro pueblo. Lucharemos hasta lograr la victoria. La victoria de la libertad sobre la tiranía, la victoria de la vida sobre la muerte, la victoria del bien sobre el mal. Ése es nuestro solemne compromiso.

Y seguiremos trabajando con Estados Unidos y nuestros socios árabes para transformar una región problemática, de un lugar atrasado de opresión, pobreza y guerra a un próspero oasis de dignidad, prosperidad y paz. En esta noble misión, como en muchas otras, Israel seguirá siendo siempre el aliado indispensable de Estados Unidos. En las buenas y en las malas, en los buenos y en los malos tiempos, Israel siempre será su amigo leal y su socio incondicional.

En nombre del pueblo de Israel, he venido hoy aquí para decir: Gracias, Estados Unidos. Gracias por su apoyo y solidaridad. Gracias por estar junto a Israel en nuestro momento de necesidad. Juntos, defenderemos nuestra civilización común. Juntos, aseguraremos un futuro brillante para nuestras dos naciones.

Que Dios bendiga a Israel.

Que Dios bendiga a Estados Unidos.

Y que Dios bendiga la gran alianza entre Israel y Estados Unidos para siempre.

 

 

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Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío.

https://www.enlacejudio.com/2024/07/24/ve-en-vivo-el-discurso-de-netanyahu-en-el-congreso-de-ee-uu/

Se respetó la redacción original.




lunes, 22 de julio de 2024

Miriam Revilla, con el Señor

Miriam Revilla
Se nos adelanta hoy, 22 de julio de 2024, camino al cielo, la hermana Miriam Revilla. Como bendición vino al mundo el 28 de agosto de 1945. Tras conocer al Señor, su vida congregacional se desarrolló en el Templo central de las Asambleas de Dios de Infanta y Santa Marta, La Habana, Cuba, donde bendijo a la congregación con su noble alegría y fe contagiosa. Por encomienda pastoral fue discipulada, junto a sus dos hijitos, Arlen y Flavio, por la entonces estudiante universitaria y líder local, Elízabeth de la Cruz Legrá. Miriam Revilla perteneció al último grupo que bautizó el Rev. Hugo Vidal, el 16 de noviembre de 1986, antes de la salida del país del inolvidable Pastor.
Tras su bautismo en agua, la hermana Revilla prestó toda clase de servicios a la grey; lo mismo se le vio activa en la diaconía que en la consejería a las damas; fue miembro permanente de la Comisión de Ayuda a Necesitados de la Iglesia; su servicio era visible también en la cocina y en la humilde limpieza del Templo. Esto no le hacía menos efectiva en la ministración. 
A mediados de la década de 1990, en el Hospital Docente Clínico Quirúrgico “Enrique Cabrera” (Nacional) de La Habana, una persona ingrata dejó caer un tratado evangélico al suelo. Un paciente distraído que, apenas podía ver, a la espera de un turno para evaluar su tumor cerebral, lo advirtió; se inclinó al suelo, y tomándolo con sus temblorosas manos lo leyó. Aquellas palabras tocaron su corazón. Al volver el tratado, y mirar el dorso, vio borrosas las generales de la Iglesia y el número telefónico: 70-03-50. Correspondía al de la Iglesia de Infanta y Santa Marta. Llamó de inmediato. Contestó al teléfono Miriam Revilla; se encontraba barriendo el sótano del Templo. Ella, con toda su fe hizo una sencilla oración por él, y cuenta ese hombre que, casi ciego, vio una luz hermosa resplandecer: había sido sanado de un tumor cerebral que estaba a poco de privarle totalmente de la visión. Comprobaciones médicas le llevarían a dar este impresionante testimonio en una multitudinaria convención donde todos pudimos escucharle. 
Por historias así debe ser recordada la hermana Miriam Revilla. Su carácter amistoso y espíritu fraterno, su fidelidad y gran fe, que desplegó tantas veces en favor de sus hermanos hacen que, tras su partida, quede, en la memoria de todos los que tuvimos el bien de conocerle, un grato recuerdo.
Descanse en el regazo de su Señor, y reciba la corona de vida y el nombre nuevo que está reservado para todos los que aman al Señor como ella lo amó: «Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo» (Ap. 3: 12)
Hasta la vista, hermana Miriam Revilla.
Reciba toda la familia en este momento de inevitable y humano dolor nuestra más sincera expresión de amor. 
Dios les fortalezca y bendiga.

Rev. Octavio Ríos Verdecia.
Rev. Elízabeth de la Cruz Legrá
Dra. Elízabeth Ríos de la Cruz
Dra. Viria Ríos de la Cruz



domingo, 21 de julio de 2024

Conmocionados los Estados Unidos de América

Conmociona hoy el mundo político de los Estados Unidos: el presidente Joe Biden anuncia que no correrá como candidato demócrata para las elecciones de noviembre 2024. Los medios noticiosos llenan sus espacios con toda suerte de análisis y predicciones. Una gran confusión inunda los predios del partido, que no tiene una figura unánimemente aprobada para ir a un enfrentamiento con el candidato repúblicano, Donald Trump. 
Septiembre-octubre serán meses muy agitados en la gran patria de Lincoln. Quiera Dios que solo se eso, agitación política. Pocas veces estuvo tan dividida la gran nación americana. Tenga Dios misericordia por lo mucho que significan para el avance mundial de la obra evangélica los Estados Unidos de América.
Es tiempo, como nunca, de orar.



sábado, 20 de julio de 2024

Aquel modelo de vida...

Como una cúpula hecha del más negro zafiro, así los cubría un cielo sin estrellas. El viento era contrario, rudo y húmedo. La oscuridad se antojaba siniestra. Así era sobre el Mar de Galilea cuando los discípulos lo vieron: «…cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar» (Mr. 6:48).

No era vana ostentación de poder; al hacer un algo así el Señor Jesús anunciaba un modelo de vida. Debían tenerlo. En mares peores les tocaría estar.

En Jesucristo andar sobre el mar es caminar sobre el desprecio universal de los altivos, la miseria de los miserables, la ignorancia de los ignorantes. A menos que nos resignemos a hundirnos en ese piélago profundo debemos aprender a caminar sobre él.

La barca estaba cercada por aguas turbulentas y movida por vientos contrarios la noche en que los discípulos lo vieron venir. Andaba sobre las aguas... Qué modelo de vida.




lunes, 15 de julio de 2024

Tiempo de lluvia

«Tiempo de lluvia», composición de Joan Manuel Serrat, fue escrita inicialmente en catalán, bajo el nombre «Temps de pluja» Es toda una oda a la melancolía que, casi inevitablemente, trae el tiempo de lluvia. El imaginario del autor evoca un otoño de lluvia inesperada: «de gris la casa se vistió / como el plomo / el día amaneció / Es tiempo de lluvias». Tales metáforas recrean un súbito recogimiento otoñal, en que la lluvia marca una transición que invita a un entorno de recogimiento y amor.

La repetición de la frase «es tiempo de lluvias» refuerza la idea de que este es un tiempo esperado y significativo donde el amor florece.

El tema es toda una evocación a la atemporalidad del amor, en que los días se mueven «sin mañana y sin ayer». 

 

Tiempo de lluvia

Joan Manuel Serrat

 

De la noche a la mañana

Llega junto a la ventana

Con su frío aliento otoñal

Y se acuna en el cristal

En un suave baile

Entre los brazos del aire.

 

Sin saber cómo

De gris la casa se vistió

Como el plomo

El día amaneció

Es tiempo de lluvias

Tiempo de amarse a media voz

De oír de nuevo el tic-tac del reloj

Es tiempo de lluvia

 

De vivir de beso en beso

Entre paredes de yeso

Y dejar los días correr

Sin mañana y sin ayer

Porque no se acaba

Ni mi amor, ni mi amada.

 

Sin saber cómo

De gris la casa se vistió

Como el plomo

El día amaneció.

 

Es tiempo de lluvias

Tiempo de amarse a media voz

De oír de nuevo el tic-tac del reloj

Es tiempo de lluvia

Acércate

Ven y siéntate



domingo, 14 de julio de 2024

Se llama «LIDERAZGO»


Qué imagen... Fue tomada ayer, a escasos minutos de sufrir el expresidente Donald Trump un atentado. Su rostro sangra tras el impacto rasante de un proyectil de AR-15. El servicio secreto le cerca y busca empujarle a un área segura. El pueblo norteamericano, enardecido, grita: «¡USA!». El puño de Trump se levanta, y tras él la bandera, la Old Glory, la Star-Spangled Bannerflamea impoluta en un cielo despejado, donde están desplegadas las alas del ángel que le guardó. 
Qué imagen... Creo que tiene un nombre: se llama LIDERAZGO.
Los Estados Unidos, cuartel general de la democracia, capital de las misiones cristianas, salvaguarda del Evangelio en el mundo entero, está al borde de una guerra civil. Densas tinieblas cubren los aires. Politólogo alguno puede predecir lo que ocurrirá en los meses siguientes, en la medida en que se acerquen las elecciones presidenciales de noviembre-2024. 
He leído al respecto toda clase de comentarios de líderes y pastores; unos están en armonía con la posición ministerial de los que escriben y hablan; otros son muy extraños, porque parecen pronunciados por tribunos políticos. Toca al pueblo de Dios de todos los países, especialmente de este, orar con todas sus fuerzas para que sean detenidas las tinieblas que buscan hundir en el caos y la confusión a toda la nación. Es lo único coherente con la condición de «luz del mundo» (Mt. 5: 14) que puede hacer la Iglesia de Jesucristo. 
Muchos no están totalmente conscientes de los peligros que se avecinan. El asalto al Capitolio el pasado 6 de enero de 2021, con aquel triste saldo de violencia y muerte, puede ser solo la punta de un iceberg que amenaza al presente con mostrar sus dimensiones ocultas.
Es el tiempo de orar, de trabajar para que se atenúen todo lo posible las pasiones encendidas de los hombres; es el tiempo de sembrar amor, de sonreír al rostro contraído, y recordar a todos los confundidos del momento, que el Rey de reyes está en su Trono y busca como antaño, en los lejanos días del profeta Ezequiel, a uno que haga vallado, que se ponga en la brecha delante de Él, a favor de la tierra... (Ez. 22: 30). 
Pueda Dios encontrarlo en ti.



sábado, 13 de julio de 2024

Ellos también comieron

Lejos de aquí y cerca de allá, fuimos invitados a una boda. A poco de ir los organizadores concluyeron que nuestra ropa, limpia y decorosa, pero algo gastada, no estaba en armonía con la solemnidad cultural de la ceremonia. Optamos por no ir.

Cerca de aquí y lejos de allá, nos invitaron a estar en unas bellas nupcias. Tenía $50.00 USD. Con amor los preparé en un sobre, con una postal y los hice llegar a los novios. Tres días después me los devolvieron. Me hicieron saber que no era correcto regalar a los que se casan menos de $200.00 USD. No los tenía.

Creo que no he ido a ninguna boda más…

Inocencio III rechazó el pedido de Francisco de Asís. Aquel proponente de una nueva obra vestía harapos. Esa noche, aquel papa vio en sus sueños que se venía abajo la Basílica de San Juan, y un hombre, en pie, la sostenía con su mano; era Francisco de Asís. Sobresaltado despertó y lo mandó a llamar… 

Unos aprenden, otros no, y no hablo de ciencias. 

Mientras solo se sienta el timbre del teléfono en el hogar de los grandes contribuyentes, mientras alguien se detenga solo para medir la calidad de la tela que vistes; mientras la curiosidad solo se mueva en la dirección de saber el año del auto que manejas, las dimensiones de la casa que habitas, la firma bancaria que te protege; mientras tales cosas sean asunto prioritario de la atención, no habremos entendido el Evangelio, ese que tan mal predicamos.

Cuenta un niño que, lejos de aquí y de allá, un grupo de cristianos tuvo hambre y doce organizadores rechazaron su merienda como posible solución; argumentaron pobreza. Dice el pequeño que, el Señor, tomó sus otrora despreciados panes y peces, levantó los ojos al cielo, los bendijo y fue alimentada la multitud (Mr. 6: 41, 42). 

Aquel mar de gente saciada incluyó a todos los hombres, las mujeres, los ancianos y los niños. Los doce que rechazaron la ofrenda, ellos también comieron.




viernes, 12 de julio de 2024

No, el cristiano no se esconde

El hechicero se esconde; el cristiano, no. El hechicero te ofrece «panes dulces» desde la posición de compañero de trabajo; a ocultas carga de hechicería su generoso presente; esconde así su maleficio y tenebrosa identidad; se mueve en tinieblas de invisibilidad; el cristiano no. Desde el momento en que alguien viene a Cristo la confesión pública, el bautismo en agua y la predicación del Evangelio vuelven pública la fe. El deber de dar testimonio de la Obra de Cristo lleva al cristiano a ser una luz mayor o menor, pero siempre visible en la oscuridad de este mundo.
José de Arimatea y Nicodemo, por un tiempo, fueron discípulos secretos de Jesús; querían lograr cierto balance en la sociedad judía, con la que tenían fuertes compromisos. La historia se repitió mil veces después: mucha gente creyó en el Hijo de Dios y sintió vergüenza de decirlo, de hacerlo saber, de mostrarse como cristiano, y eso nunca debió ser. 
Si te pasa hoy algo así debes recordar que Cristo murió públicamente por ti y, mientras llevaba tus pecados en la Cruz, no se avergonzó de ti.
El hechicero es tiniebla; en ellas esconde sus malas obras. El cristiano es luz; sus obras, testimonio y vida son una expresión pública al mundo de la inmensa obra de Cristo.
Así dijo el Señor Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt. 5: 14-16).



miércoles, 10 de julio de 2024

Segundo para ser primero

Ese sentido de importancia suprema que nos damos los humanos... Como adorno al carácter de la gente la humildad es una rara prenda; por eso resaltan tanto las palabras de Jonatán a David cuando le dijo: «tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti» (I Sa. 23:17). Tales términos se pronunciaron en un mundo donde todos quieren ser primero.
Las posiciones cimeras llegan después de procesos. No se llega a la cumbre sin escarpar agrestes laderas. Y la gente quiere verse de súbito en la cima olvidando que los «grandes primeros» antes de serlo fueron «grandes segundos». Lo fue Josué de Moisés, lo fue Eliseo de Elías.



lunes, 8 de julio de 2024

Acerca de la universalidad de Kafka

Para muchos la universalidad del escritor checo-judío Frank Kafka (1883-1924) emana de su relevancia temática; abordó capítulos como la alienación, la burocracia, el absurdo y la condición humana; en La metamorfosis y El proceso penetró cuestiones existenciales y psicológicas de honda vigencia. El escritor argentino Jorge Luis Borges vio, sin embargo, la universalidad de Kafka desde otra interesante óptica. Él dijo:

 

Kafka ha sido uno de los grandes autores de toda la literatura. Para mí es el primero de este siglo. Yo estuve en los actos del centenario de Joyce y cuando alguien lo comparó con Kafka dije que eso era una blasfemia. Es que Joyce es importante dentro de la lengua inglesa y de sus infinitas posibilidades, pero es intraducible. En cambio, Kafka escribía en un alemán muy sencillo y delicado. A él le importaba la obra, no la fama, eso es indudable. De todos modos, Kafka, ese soñador que no quiso que sus sueños fueran conocidos, ahora es parte de ese sueño universal que es la memoria. Nosotros sabemos cuáles son sus fechas, cuál es su vida, que es de origen judío y demás, todo eso va a ser olvidado, pero sus cuentos seguirán contándose (1).

 






(1) Jorge Luis Borges. «Un sueño eterno». Diario «El País», 3 de julio de 1983.

 

jueves, 4 de julio de 2024

Manasés

Manasés, rey de Judá, estuvo entre las personas más malas que han existido. Genocida de su pueblo, derramó «mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a Jerusalén de extremo a extremo» (II Re. 21:16). Edificó «los lugares altos que Ezequías su padre había derribado», «levantó altares a Baal»; «hizo una imagen de Asera» (v.3). Él fue una paráfrasis de Acab: torció la adoración del pueblo y «edificó altares para todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová» (v.5).

Como «agorero» «instituyó encantadores y adivinos» (v. 6). Como idólatra pasó por el fuego a su propio hijo; lo sacrificó vivo a demonios (v.6). «Hizo lo malo ante los ojos de Jehová, según las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel» (v. 2).

La tradición judía, celosamente guardada por el pueblo hebreo, asegura que aserró a Isaías; cortó en dos al profeta nacional, aquel que sostuvo la revelación célica en tiempos de su padre, Ezequías, frente al sitio de los asirios, cuando todo parecía perdido (Is. 37).

Perverso, asesino, miserable, prevaricador, idólatra; abominado y aborrecido por su propio pueblo, despertó la ira y el juicio de Dios y Aquel que es el Rey de justicia envió «los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia» (II Cr. 33:11).

Este parecería un justo fin a la cruenta historia de uno de los hombres más malos que existió, pero no lo es. En la oscuridad de la mazmorra inhóspita donde fue recluido, a solas con tan infecta conciencia, en el último reducto de su miseria profunda «puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres» (v. 12).

Ni aun así tú y yo lo habríamos escuchado; tribunal alguno de la tierra le extendería absolución. Es sacudidor pensar que, a este imperdonable, lo perdonó Dios. «Y habiendo orado a él, fue atendido»; «Dios oyó su oración, y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios» (v. 13). Profundamente arrepentido «quitó los dioses ajenos, y el ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad» (v. 15). «Reparó luego el altar de Jehová, y sacrificó sobre él sacrificios de ofrenda de paz y de alabanza; y mandó a Judá que sirviesen a Jehová Dios de Israel» (v. 16).

Millones luchan hoy con el pensamiento de una vida irremediable. Tal cosa palpita detrás de cada suicidio; en toda conducta autodestructiva está subrepticia la idea de un fracaso irreparable. Si se volvieran al Señor Jesucristo; si reconocieran el valor de Su vida, el valor de Su muerte, la redención que obró la Sangre derramada; si los que hoy se dejan morir se abrieran un instante al Espíritu Santo, él único capaz de llevarnos a «conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento» (Ef. 3:19).

Puede ser que el denso velo que cubre tus ojos no te deje ver el poder inmarcesible del perdón de Dios en Cristo Jesús. Se abre entonces la pregunta: ¿eres peor de lo que fue aquel lejano rey de Judá?

No luches más con la idea satánica de que no puedes ser perdonado y restaurado. Manasés lo fue.