La hermana Paula Menéndez, columna de la Iglesia en El Salvador, líder de oración, madre de mi entrañable hermano en la fe, Iván Recinos, gusta decir: «El diablo no duerme; no durmamos nosotros».
Atendamos a esa invitación, tan pertinente en nuestro tiempo, porque vivimos las horas del fin y mucha gente duerme.
La exhortación bíblica para la Iglesia es: «Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios» (I Ts. 5:6).
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