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lunes, 28 de octubre de 2024

Antes de juzgar escuche a las partes.

Es un principio no solo de justicia, sino de sabiduría y a más de esto, de sentido común: antes de juzgar escuche a las partes
Si tuvo tiempo para escuchar a uno, tenga tiempo para escuchar al otro. 
Tenga mucho cuidado con el otro. Es la parte que quedó callada y sin oír. Tenga mucho, mucho, mucho cuidado, porque en esa parte suele estar Dios.

Ya oyó a Caín, ahora oiga a Abel.
Ya oyó a los hermanos de José, ahora oiga a José.
Ya oyó a los filisteos, ahora oiga a Sansón.
Ya oyó a Saúl, ahora oiga a David.
Ya oyó a Sedequías, ahora oiga a Jeremías.
Ya oyó a Caifás, ahora oiga a Jesús.
Ya oyó al mundo, ahora oiga a Dios.



domingo, 27 de octubre de 2024

¡Arde Troya en Longview!

¡Arde Troya en Longview! ¡Retroceden despavoridos el Rey Príamo y los príncipes Héctor y Paris ante el arrollador mensaje del Pastor Agustín Campos este domingo 27 de octubre de 2024! 
«Dios no acepta renuncias». Así de demoledora fue la afirmación inicial de este precioso mensaje. Jonás dice: «¿Nínive? Ya verás que no voy a Nínive. ¡Un pasaje para Tarsis»
Dios contesta, a través de los hechos: «Jonás, no te estoy pidiendo permiso para que vayas. Te digo que vas a Nínive, ¡y vas a Nínive!».
Es precioso pensarlo.



sábado, 26 de octubre de 2024

Me espanta

Me espantan las muertes con honras del mundo, banderas a media asta, lamentos del senado, cintas de luto en las calles. Me espanta ver las cortes reales anunciando el pesar tras la partida de uno que despiden con lágrimas, vestidos de luto cerrado. Me espanta. A mi Señor lo crucificaron. Y todos los días le vuelven la espalda con acabado menosprecio. «Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos» (Is. 53:3)
Me espantan las honras del mundo; es la aprobación de los que crucificaron al Señor. Tras sus vítores con voz alta y clara anuncian cuánto hice de mal.
Me espantan las honras de los que crucificaron a mi Señor. Me espantan.



jueves, 24 de octubre de 2024

Meditando al amanecer en el Salmo 101

Salmo 101

1 Misericordia y juicio cantaré;
A ti cantaré yo, oh Jehová.
2 Entenderé el camino de la perfección
Cuando vengas a mí.
En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.
3 No pondré delante de mis ojos cosa injusta.
Aborrezco la obra de los que se desvían;
Ninguno de ellos se acercará a mí.
4 Corazón perverso se apartará de mí;
No conoceré al malvado.
5 Al que solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré;
No sufriré al de ojos altaneros y de corazón vanidoso.
6 Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo;
El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.
7 No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.
8 De mañana destruiré a todos los impíos de la tierra,
Para exterminar de la ciudad de Jehová a todos los que hagan iniquidad

Es precioso. Es el Salmo 101. Tiene afirmaciones que llaman a la conversión del corazón humano, a la identificación de los vórtices destructivos que giran en torno a la mentira de los simples, la infamación secreta de los perversos, la vanidad de los altaneros. El Juez está sentado en su trono, y llama al mundo a una reacción de integridad. 
Fue la meditación de hoy. Enrumbe Dios tu vida por los caminos de la perfección, y no se aparten tus ojos del Santo y Justo Juez de toda la tierra (Ge. 18:25). Sírvele con constancia y te hará bien, porque Él dijo: «Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo» (v. 6).



viernes, 18 de octubre de 2024

Compararse con los demás es una presión

Compararse con los demás es uno de los males de la juventud. Este penoso hábito es propio de una edad en la que no se ha comprendido que todos tenemos valores propios. Y el menoscabo de los que quieren arrastrarnos tras de sí como serviles estelas no debe ensombrecer la autoestima. 
Este compararse es una presión constante sobre la niñez y la adolescencia; aun daña a muchos adultos. Creo que, en algún momento de la vida, todos la sufrimos.
Niño, joven, adulto: el único referente a quien mirar, el único valor humano a seguir, la meta y la expectativa de Dios en ti es Cristo. Nadie más es digno de ser contemplado como modelo. Pretenden serlo artistas, políticos, ideólogos y filósofos. Y esa presión gravita sobre la juventud como nunca en la historia, en esta época de redes expansivas que penetran lo más recóndito del hogar. Frente a ellas, tienes un muro de contención que te guardará, una señal bíblica que se alza para siempre en la historia indicándote el único modelo de vida a seguir. Está contenido en las palabras de Aquel que dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida» (Jn. 14:6).



sábado, 12 de octubre de 2024

Es el Espíritu de Dios

El Espíritu Santo no trajo quebrantados a los pies de Cristo a niños de escuela. Él hizo estallar en mil pedazos la conciencia y el corazón de los más terribles criminales. James Nelson golpeó con un ladrillo a su madre hasta matarla. Fue nueve años a la cárcel, y el Espíritu Santo lo arrojó de bruces a los pies de Cristo; terminó su historia como ministro presbiteriano de la Iglesia de Escocia. Ramón L. Nieves, capo boricua de la mafia en Chicago, fue confrontado por el Espíritu Santo de Dios. Él le llevó a Cristo. Terminó su historia como Superintendente Nacional de las Asambleas de Dios de Cuba. Nicky Cruz, líder de los terribles Mau Maus en la década de 1960, drogadicto, asesino, lleno de demonios tuvo un encuentro con el Espíritu Santo durante las campañas de David Wilkerson, y el que sostiene al mundo le empujó irreversiblemente al Salvador; termina su historia como evangelista internacional. Velma Barfield, asesina en serie, condenada por cinco envenenamientos en la década de 1960, fue ministrada por Billy Graham y el Espíritu Santo cercenó de golpe las cadenas que la cautivaban. Hasta el instante mismo de su ejecución, el 2 de noviembre de 1984, dio testimonio de una total transformación.
No, no fueron infantes de cuna, y lo que el Espíritu Santo quebró en esos monstruos modela el incomparable poder de Aquel por quien todo vino a ser.
Suelen decir los predicadores que el Espíritu Santo es un caballero, y mal disimulo una sonrisa al oírlo, porque ese Sublime y Alto Ser es fuego que quema, martillo que quebranta, sismo que sacude. Él «penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos» (He. 4:12); detiene en seco al irrefrenable, barre como polvo al fornido, desarma los subterfugios del sabio mayor. Es el poder más grande del Universo. Está detrás de los megatones que desata la fisión nuclear; mueve los calcinantes fotones de la luz solar; es el orden, la cohesión y la vida del Universo. Es el Espíritu de Dios. 



miércoles, 9 de octubre de 2024

Aquello que se mueve detrás

Título: «Aquello que se mueve detrás» (Ro. 1:20-27). Mensaje predicado en la Iglesia "Casa de Oración", Asambleas de Dios en Longview, Texas. Respondiendo a una amable invitación de los Pastores Agustín y Mere Campos. Miércoles 9 de octubre de 2024. Medios audiovisuales del Templo. Usado con permiso.



lunes, 7 de octubre de 2024

No durmamos

La hermana Paula Menéndez, columna de la Iglesia en El Salvador, líder de oración, madre de mi entrañable hermano en la fe, Iván Recinos, gusta decir: «El diablo no duerme; no durmamos nosotros»
Atendamos a esa invitación, tan pertinente en nuestro tiempo, porque vivimos las horas del fin y mucha gente duerme. 
La exhortación bíblica para la Iglesia es: «Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios» (I Ts. 5:6).



domingo, 6 de octubre de 2024

La más sacudidora Escuela Dominical de Texas tuvo lugar hoy

La más sacudidora Escuela Dominical de Texas tuvo lugar hoy, 6 de octubre de 2024, en la bellísima ciudad de Longview. Desde la clase impartida por el hermano Hernando Martínez, que sumieron a la congregación en un ambiente de quieta reflexión, pasando por la bellísima ministración del Grupo de Alabanza y llegando finalmente a la ferviente exposición de la Palabra por el Rev. Agustín Campos, todo fue sobrecogedor. 
La presentación bíblica descansó en Apocalipsis 21: 1-7, y con la acostumbrada habilidad del Pastor, en la bendita gracia de Dios, la congregación fue llevada a hacer un vislumbre de la vida  eterna, lo que habrá en el cielo, lo que no habrá; lo que pasó con las cosas que tomó prestadas el Señor: la barca de Pedro, el pollino de asna y finalmente, la propia tumba; el valor de serle fiel; el nuevo nombre que tendremos en el cielo. Todas fueron verdades pertinentes para estos tiempos del fin, en lo que fue una mañana refrescante y llena de Dios.
Todos los que asistimos nos sentimos agradecidos del Señor, de su grata presencia y de la preparación que mostraron todos los hermanos que tomaron parte. 
Reciba el Rey del cielo toda la gloria y ¡adelante! que, mientras Cristo no venga, queda mucho por hacer.
Te esperamos el próximo domingo en el Templo "Casa de Oración", Asambleas de Dios en Longview, Texas. Recibe un fuerte abrazo.



sábado, 5 de octubre de 2024

Era necesario...

«...Es necesario que comparezcas ante César» (Hch. 27:24). Así dijo el ángel al apóstol Pablo. Muchos suponen que algo así, tan en la voluntad de Dios, debe fluir con facilidades: «Pablo, el heraldo de la fe, traspuesto, como lo fue Felipe (Hch. 8:39), aparece de pronto en la corte, ante el César, para luego desaparecer en invisible regreso». Pudo ser. «Pablo invitado a Italia por un amigo influyente que le desbroza el camino rumbo al trono, donde debe hablar». Pudo ser. 
Ni lo uno ni lo otro. El apóstol entrará a Roma en cadenas, entre miserables condenados. «Es necesario...», así le dijo el ángel. ¿Cómo entenderlo?
Las enfermedades, citaciones a corte, accidentes y maltratos son agrestes campos de pastoreo, o catapultas a misiones difíciles, permisiones de Dios cuajadas de célicos enigmas. Y la vida de los grandes hombres y mujeres de Dios se llena de ellos. 
La Iglesia sigue en su seno los pasos de Aquel que fue «despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto» (Is. 53:3). El Señor Jesús es modelo y misterio mayor. En Sicar, cansado del camino, se sentó junto al pozo (Jn. 4:6); en el Mar de Galilea, sobre la popa de la barca, agotado, se quedó dormido (Mr. 4:38); desde Jericó hasta Jerusalén salvó a pie con los discípulos veintiocho kilómetros bajo el más ardiente sol (Lc. 19:28). Finalmente, enfrentó solo el misterio mayor: la Cruz. Y por todos murió (II Co. 5:15).
Mire la vida de Jesús. No hay en momento alguno asomo de rebelión a los designios del Padre. Él lo sabía: «era necesario».



viernes, 4 de octubre de 2024

El último grumete

El último grumete, del escritor chileno Francisco Coloane fue la primera lectura que hice en la preadolescencia. Recientemente mi esposa trajo de Cuba mi viejo ejemplar. Me ha acompañado por más de medio siglo. Animado por el reencuentro con este viejo amigo, lo releí. Es un libro pequeño, de ciento diez páginas, puesto a la venta en Cuba en 1972 por el Instituto Cubano del Libro. Mi madre lo compró en la centro-habanera librería Siglo XX, de Neptuno y Águila.
El último grumete es una pequeña obra de ficción dirigida a un público juvenil y tiene de fondo los conocimientos marinos del autor. De lectura fácil y fluida recrea en su narrativa las peripecias del Alejandro Silva; este se incorpora como polizón al velero de la Armada chilena, General Baquedano. Tras ser descubierto por la ronda de guardia es aceptado como tripulante número 301 e incorporado al trabajo de la mar. El buscaba seguir los pasos de su padre como marino y, a un tiempo, encontrar a su hermano, desaparecido mientras navegaba por los mares del sur. 
Tempestades, leyendas marinas, maniobras en sinuosos canales, urden la trama que se resuelve, finalmente cuando Silva encuentra a su hermano liderando los indios yaganes en las más australes locaciones del sur de América, allá donde ya se unen el Pacífico y el Atlántico.
El regreso a casa, las buenas nuevas a la madre de Silva, la locura repentina del primer sargento que tuvo la Baquedano, el carpintero Escobedo, y su diálogo con el último grumete de este velero, que para entonces había sido ya desaguado por los años de uso, cierran la refrescante trama de este libro, que siempre recordaré como una pequeña joya literaria de la adolescencia, ese tiempo de oro, en que, los libros que se leen, se quedan par siempre con nosotros.