Salmo 101
1 Misericordia y juicio cantaré;
A ti cantaré yo, oh Jehová.
2 Entenderé el camino de la perfección
Cuando vengas a mí.
En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.
3 No pondré delante de mis ojos cosa injusta.
Aborrezco la obra de los que se desvían;
Ninguno de ellos se acercará a mí.
4 Corazón perverso se apartará de mí;
No conoceré al malvado.
5 Al que solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré;
No sufriré al de ojos altaneros y de corazón vanidoso.
6 Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo;
El que ande en el camino de la perfección, éste me servirá.
7 No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.
8 De mañana destruiré a todos los impíos de la tierra,
Para exterminar de la ciudad de Jehová a todos los que hagan iniquidad.
Es precioso. Es el Salmo 101. Tiene afirmaciones que llaman a la conversión del corazón humano, a la identificación de los vórtices destructivos que giran en torno a la mentira de los simples, la infamación secreta de los perversos, la vanidad de los altaneros. El Juez está sentado en su trono, y llama al mundo a una reacción de integridad.
Fue la meditación de hoy. Enrumbe Dios tu vida por los caminos de la perfección, y no se aparten tus ojos del Santo y Justo Juez de toda la tierra (Ge. 18:25). Sírvele con constancia y te hará bien, porque Él dijo: «Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo» (v. 6).