A lo largo de la historia, las sociedades han escogido los
más disímiles y extraños caminos respecto al tratamiento y destino final de los
cuerpos sin vida de sus miembros: enterramientos, cremaciones, elaborados
mausoleos con bebidas y comidas, momificaciones, exposición a los buitres,
comida para caníbales (1), lanzamiento de los cadáveres a los ríos para
sostener a los divinizados cocodrilos ―costumbre en algunas regiones de la
India―; estos y demás son solo ejemplos de lo poliédrico que resulta el tema en
la historia.
Pese a
que la cremación ―destrucción del cadáver humano por medio del fuego (2) ―, es
un procedimiento muy antiguo, las presiones actuales de la explosión
demográfica le dan el status de una
moda con proyección creciente. Los que abogan en su favor alegan que es un
proceso fácil, rápido y económico, ahorra espacio en los cementerios, protege
el ADN de la persona fallecida ya que éste no se podrá utilizar para
clonaciones ilegales (3), y libra
finalmente a la familia de presiones futuras relacionadas con el sostén y cuidado de la
tumba.
Hasta el
5 de julio de 1963 la disciplina católica canónica era severa en lo tocante a
la cremación de los fieles (4). Luego de casi un siglo de discusiones, el
Concilio Vaticano II, estableció: “La
Iglesia aconseja vivamente que se conserve la piadosa costumbre de sepultar el
cadáver de los difuntos; sin embargo, no prohíbe la cremación, a no ser que
haya sido elegida por razones contrarias a la doctrina cristiana” (Código de Derecho Canónico, canon
1176 §3) (5).
Las ortodoxias
judías y cristianas, siempre la rechazaron como indigna del respeto debido al
cuerpo humano (6). El escritor judío Doron Kornbluth, señaló: “¿Quemamos las cosas
que amamos? Piensa en tu primera mascota. Quemamos la basura y enterramos el
tesoro. Es por eso que, enfrentados por las primeras lecciones de mortalidad de
la vida ―el gatito o el conejito muerto... ―, la mayoría de los padres buscan
cajas de zapatos y palas en lugar de encender madera o asados” (7). Tras pecar, Adán recibió de Dios, en el huerto del Edén, palabras muy sugerentes respecto al destino natural de los restos mortales: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás" (Gn. 3:19).
El entierro y la cremación reflejan dos actitudes
radicalmente diferentes, y dos formas mutuamente excluyentes de ver el mundo y
de entender nuestro lugar en él. La descomposición de una planta o de una
criatura viviente crea fertilizantes. Los elementos intrínsecos no son
alterados, son devueltos a la tierra. No es por tanto sorpresa que El Talmud compare el entierro a una
forma de plantar (8).
Desconfíe de lo que nunca fue una práctica cristiana; la
cremación nunca lo fue; contiene un mensaje de extinción que diverge de la
expectativa de la resurrección y da a los restos mortales un tratamiento que se
aleja infinitamente de la dignidad que tuvieron. En algún lugar leí que una
caravana fúnebre de la Iglesia que pastoreaba el célebre Dwight L. Moody, apuraba
su paso por las calles, rumbo al cementerio. Moody ordenó detenerla, se bajó de
su carruaje y personalmente se dirigió al cochero que conducía el féretro, para
decirle: “Vaya despacio; ese que lleva ahí fue un templo del Espíritu Santo”
(9).
Unidos, acerquémonos respetuosamente a la tumba en que
descansan los restos de Spurgeon, el príncipe de los predicadores de
Inglaterra, y leamos la lápida que se levanta allí, porque desde ella, con
relación a este tema, nos predica un último sermón, el más insigne predicador
inglés de todos los tiempos:
Aquí
yace el cuerpo de Charles Haddon Spurgeon
Esperando
la aparición de su Señor y Salvador Jesucristo (10).
![]() |
Charles Spurgeon (1834-1892) |
___________________
1. Doron
Kornbluth, “¿Cremación o entierro? Una perspectiva judía”. Accedido el 6 de
marzo de 2015, 2:00 PM. http://www.aishlatino.com/authors/48259782.html
2. “¿Qué
dice la doctrina católica sobre la cremación de los cadáveres?”. http://www.fatima.pe/seccion-1-la-palabra-del-sacerdote#tema-18-eternidad Accedido el 6 de marzo de 2015, 2:00 PM.
3. S.a.
“Cremación o entierro”, http://www.redfuneraria.com/sobre-nosotros Accedido el 6 de marzo de 2015, 2:00
PM. http://www.aishlatino.com/authors/48259782.html
4. “¿Qué
dice la doctrina católica sobre la cremación de los cadáveres?”. Ibíd.
5. Ibíd.
6. Ibíd
7. Doron
Kornbluth, “¿Cremación o entierro? Una perspectiva judía”. Ibíd.
8. Ibíd
9. Octavio
Ríos, Sermones escogidos, p. 1.
10. Orlando
Boyer, Biografías de grandes cristianos,
T. II, p. 81, edición digital. Equipo internacional E-Sword. Biblioteca
Hispana, T. 1 y 2.
Buenísimo!, en un momento neurálgico, donde los creyentes, se van tras esta práctica, en la mayoría de los casos, por falta de instrucción al tema.
ResponderEliminarMucho agradezco su evaluación del artículo. Puede resumirse en una sola expresión: desconfiemos de lo que nunca fue una práctica cristiana en veinte siglos de historia, desconfiemos. Dios le bendiga.
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