Rev. Francisco Quintero, de pie, al centro. 1965-XXVI Convención Anual-Holguín. |
El pastor Francisco
Quintero Labrada nació el 4 de octubre de 1932, en Los Guayos,[1]
para entonces locación del norteño Puerto Padre, en Las Tunas. Conoció al Señor
a la temprana edad de dieciocho años, bajo los pastorados sucesivos de Hilda
Reffke y Kerry González. Se graduó en el Instituto Bíblico Pentecostal de
Manacas, Las Villas, en octubre de 1954 y ese mismo año aparece en los Anuarios
del Instituto como Administrador del plantel. Sería más adelante uno de sus
profesores. Estudió además en el Instituto Bíblico de Isleta, Texas, donde
alcanzó a graduarse en el año 1957, regresando de inmediato a su terruño con el
fin de sumarse al trabajo.[2]
Pastorea para entonces en El Níspero y regresa a los Estados Unidos, desde
donde vuelve a Cuba en 1959, reincorporándose al trabajo en ese mismo Templo.
Pastorearía aún soltero los Templos de Ranchuelo y Santa Lucía.
Desplegó una
significativa hoja de servicios en la Directiva Nacional de los Embajadores de
Cristo, en la que fue electo primero como Vice-Presidente Nacional en 1960,[3] y
luego como Presidente Nacional, en 1961.[4]
Se encontraba presente
en la dramática XXII Convención Nacional la Iglesia Evangélica Pentecostal en
Cuba (Asambleas de Dios) en 1961, dirigiendo su culto evangelístico la noche
del 27 de junio, al frente de los Embajadores de Cristo.[5]
Fue testigo, en ese inolvidable evento, de la intervención del Espíritu Santo
en los negocios de la asamblea.
En ese mismo año parte
hacia el Instituto Bíblico Pentecostal de Manacas, con el propósito de
proyectar nacionalmente el trabajo del Departamento de los Jóvenes.[6]
El 25 de octubre de
1961 se une en matrimonio a quien sería su compañera en la vida y el ministerio:
Ana Julia Ortiz Reyes. La ceremonia tendría lugar en el Templo de El Níspero;[7]
ofició el Rev. Eolayo Caballero González, Superintendente Nacional recién
electo.[8]
Tendrían tres hijos: Julia Esther, que nació el 14 de abril de 1963; Francisco,
que nació el 31 de octubre de 1965, como un excelente regalo por el día del
ministro, y Rebeca, que vino a la vida el 24 de diciembre de 1970.[9]
El pastor Quintero y
su esposa Julia fungían en el profesorado del Instituto Bíblico de Manacas en
el contexto de su intervención, en marzo de 1963. Julia de Quintero se
encontraba en los días finales del embarazo de su primera hija. La pastora
Esther Quintero, hermana de Francisco, graduada también del Instituto Bíblico
de Manacas en 1955, tuvo que trasladarse hasta allá para ayudarla en la
evacuación y a la par, vivir a su lado aquellos aciagos días.
El matrimonio siguió
adelante e iniciaron el pastorado de Camagüey (Templo
Central). Francisco Quintero llegó a ser Secretario Nacional de
la Obra. Se desarrolló como pastor, presbítero y líder departamental. Cuando se
fundó el ministerio de capellanía el 9 de mayo de 2000, se incorporó de
inmediato a él, sirviendo en este difícil viñedo hasta sus últimos momentos.[10]
Partió para estar con
el Señor el 7 de diciembre de 2015, a poco de haber cumplido ochenta y tres
años de edad. Al conocerse la triste noticia, los Oficiales Generales de la
Iglesia Evangélica Pentecostal de Cuba (Asambleas de Dios), bajo la dirección
del Superintendente General, Rev. Eliseo Villar Acosta, se trasladaron de
inmediato hasta la ciudad de Camagüey y honraron las exequias de este insigne
hermano, a quien la Organización Nacional recordará siempre con admiración y
gratitud.
El pastor Guillermo
Fuentes, Superintendente General de las Asambleas de Dios en México entre
1960-1980, dijo de él: “Francisco Quintero era abierto tratando temas sociales
que en aquel momento a la gente le causaba temor abordar. Sabía ser crítico y
no tenía miedo”.[11] El veterano Rev. Benjamín
de Quesada, afirmó: “Quintero tenía la habilidad de llevarse bien con todo el
mundo. Era muy asequible y su amistad era fácil conseguirla porque era una
persona sin barreras para los demás”.[12]
Su esposa, la Revda. Ana Julia Ortiz Reyes, quien estuviera a su lado por más
de medio siglo, resumió: “Compartimos cincuenta y cuatro años de matrimonio y
tuvimos siempre una comunicación ejemplar. Nos llevábamos muy bien. Le recuerdo
como un buen esposo”.[13]
Reciba toda la familia
y lo que bien le quisieron la expresión de respeto y merecido reconocimiento de
toda la Organización, que no olvidará jamás la fidelidad con la que permaneció
siempre al lado de sus hermanos. Disfrute el pastor Francisco Quintero Labrada
el descanso eterno de los redimidos, porque “Estimada es a los ojos de Jehová
la muerte de sus santos” (Sal. 116:15).
[1] Los
Guayos. Actualmente pertenece a Las Parras, municipio Majibacoa, Provincia Las
Tunas. (Artículo: “Los Guayos”, Ecured, 2016)
[2]
Esther Quintero Labrada. E-mail recibido el 19 de enero de 2016. Usado con
permiso.
[5] Kerry González, “Recuerdos de la XXII Convención”, Suplemento especial, LAP, julio-agosto de 1961, s.p.
[6]
Margarita McClendon, “Noticas de aquí y de allá. Presbiterio Camagüey Oriental”,
LAP, septiembre de 1961, p. 12.
[8]
Julia Ortiz Reyes, entrevistada por O. Ríos, enero de 2016.
[9]
Ibíd.
[11] Guillermo Fuentes, entrevistado por O. Ríos, julio de 2014. Oficina
Nacional de la IEP de Cuba (Asambleas de Dios).
[13]
Julia Ortiz Reyes, entrevistada por O. Ríos, enero de 2016.
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