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lunes, 18 de junio de 2018

El valor de la historia

XI Convención Anual de las Asambleas de Dios en Cuba, enero de 1950, 
San Antonio de los Baños, La Habana (actual Mayabeque). 
Imagen de una gran importancia histórica por estar presentes en ella 
un gran número de los misioneros, el liderazgo y los principales pastores. 
Archivos de Historia. Asambleas de Dios. Cuba.


La historia de la Iglesia tiene un doble valor: por un lado es inspiradora, por otro le da gloria a Dios. Muchos creen que se escribe en función de vanaglorias personales. Cada uno sabrá qué uso darle a los registros que enumeran las hazañas de Dios en medio de su pueblo. Éste es tan importante que Israel contemplaba sus crónicas desde el Libro de las Batallas de Jehová (Nm. 21:14).
El cielo tiene un libro, y las acciones de cada uno de nosotros están allí registradas (Ap. 20:12).
La salvación es historia. El énfasis actual no es dispensacional. La mayoría, hoy día, habla de la historia de la salvación.
El registro cuidadoso de nuestra historia es importante porque inspira y desafía cuando se considera y advierte el precio que se ha pagado para llegar hasta aquí, precio de abnegación y sufrida consagración. Se han vivido momentos muy difíciles en que solo la gracia de Dios ha sido la garantía de nuestra supervivencia. Los ministros y miembros actuales desconocen, hasta en el más mínimo detalle, muchas de estas cosas. Con ellos tenemos un compromiso, y es el de entregarles la historia contada, las más de las veces, por aquellos que la vivieron. Al seguir esta estrategia se está luchando todo lo posible para evitar que la historia sea contada en el futuro por voces no autorizadas, personas que no conocieron de cerca los tropiezos y el esfuerzo que todos, unidos, debimos realizar por el testimonio del evangelio y la continuidad del trabajo histórico de las Asambleas de Dios en el país en que el Señor nos hizo nacer.


2 comentarios:

  1. Coincido plenamente en que es lícito y provechoso, además de un deber de los ciudadanos del cielo, investigar con diligencia y poner en orden las cosas insuperablemente ciertísimas, la verdad en que somos instruidos, como en el cimero caso de ese historiador sagrado Lucas. La historia eclesial es indudablemente un medio apologético sólo superado por la Palabra de Dios, la historia inspirada.

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    1. Ha sido una larga discusión en los tiempos la cuestión de hasta qué punto la propia narrativa histórica bíblica permite construir teología. Hoy día, los mejores exégetas bíblicos coinciden en que constituyen fuentes importantes de teología las historias bíblicas: Jesús la usó con Jonás en la doctrina de su propia muerte y resurrección.
      Por otro lado nada como la historia de la teología para comprender la forma en que esta llegó hasta nosotros a través del largo camino de los siglos. Es interesante, hno. Miguel. Gracias por comentar. Un abrazo.

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