Recuerdo de la infancia, presente en todas las cartillas escolares, aquel Cuentan de un sabio... organizada en dos décimas. La publicó en el Siglo de Oro el madrileño Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), escritor, dramaturgo y sacerdote español, caballero de la Orden de Santiago, reconocido en la historia de la lengua como uno de los más insignes literatos barrocos.
Cuentan de un sabio... recoge una ilustración hondamente aleccionadora. La enseñanza central deja entrever que, por honda que sea la privación que se tenga, otros están peor, deseando disfrutar de los bienes que nos avergüenzan.
Cuentan de un sabio...
Pedro Calderón de la Barca
Cuentan de un sabio, que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía..
¿Habrá otro», entre sí decía,
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que otro iba sabio cogiendo
las hierbas que él arrojó.
Quejoso de mi fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?
Piadoso me has respondido.
Pues, volviendo a mi sentido,
hallo que las penas mías,
para hacerlas tú alegrías,
las hubieras recogido.[1]
[1] Selección de Violeta Diéguez y Amelia Allende. Poemas y cantares de América y el mundo. Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello, p. 132.
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