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domingo, 26 de mayo de 2024

¿Son pro-Palestina?

Las universidades norteamericanas iniciaron un programa de manifestaciones en sus campus, a los que llaman «acciones pro-Palestina». Estas se intensificaron después del 7 de octubre de 2024, cuando Israel inició respuestas militares frente a la organización terrorista Hamas, en ocasión de que esta penetrara a Israel, asesinara a mil doscientos civiles y secuestrara a más de seiscientos, incluyendo ancianos, mujeres y niños.

¿Son pro-Palestina estos movimientos? ¿Saben siquiera esos jóvenes lo que significa la palabra? ¿Son pro-Palestina las acciones desorganizadas y totalmente incoherentes con la historia y condición del pueblo palestino? En resumen: ¿son pro-Palestina?

Ellos, que no son palestinos, que bloquean calles, ponen carpas y luchan por controlar la opinión pública desde las sedes de sus universidades y las redes sociales:

 

o   No se pronuncian contra Hamas, el gobierno terrorista, déspota y opresor del pobre pueblo palestino en la Franja de Gaza. Desde principios de la década de 1990 esta cúpula asesina impone a su pueblo el terror de una tiranía violenta.

o   No abogan por el derecho de la mujer palestina; ellos no piden que dejen de ser azotadas y humilladas públicamente como animales. Desde el aciago día en que Hamas asumió el poder la discriminación contra la mujer palestina creció. Bajo el islam de Hamas, las mujeres tienen escasísimas oportunidades laborales y educaciones. Ellas no tienen una ley de protección contra la violencia física, verbal o sexual. Las quejas oficiales de una mujer palestina son ignoradas, y de llegar a expandirse en los medios la llevan a la vergüenza, el desprecio público de los medios y un nivel de abuso mayor. Una mujer puede ser asesinada por su esposo bajo el cargo de «conducta sexual inmoral». A esa atrocidad se le llama legalmente «asesinato por honor». Ellas no eligen casarse. Niñas de 18 años son llevadas a la fuerza al matrimonio. Si un día una mujer decide divorciarse debe pagar al esposo; no se sabe con qué recursos, porque no tienen independencia económica. El llamado «código de modestia de Hamas», un código de vestimenta que restringe las libertades básicas de expresión, con velos que cubren cabeza y boca, y ropa holgada que cubre todo su cuerpo, brazos y piernas es celosamente velada por la llamada «policía del pudor» que las ataca con garrotes en plena vía pública si las ve incumpliendo las normativas de Hamas en el vestir. Las mujeres no pueden andar en motocicletas, ni fumar en público. Feministas de Norteamérica y movimientos pro-Palestina: tienen trabajo.

o   Los actuales «movimientos pro-Palestina» no se expresan con indignación cuando los comandos palestinos usan sus niños como carne de cañón para que mueran en la primera fila, usándolos mediáticamente, con el enfermizo propósito de hacer de sus cadáveres banderas ideológicas.

o   Los actuales «movimientos pro-Palestina» están en total desacato con el único gobierno del mundo —¡Estados Unidos!— que ejerce poder de veto cada vez que el pueblo más importante de la tierra –¡Israel!— es atacado en el más perenne propósito de extinción que, contra él, perpetran el mundo árabe y sus desenfocados aliados internacionales.

o   ¿Creen los llamados movimientos pro-Palestina que, si Israel desaparece o se somete rendidamente, como ilusoriamente pretenden, Palestina será un pueblo libre y feliz? ¿Lo que necesita el pueblo de Palestina es la aniquilación de Israel o el cese del gobierno terrorista de Hamas? ¿Lo que necesita Palestina es la desaparición del pueblo judío o un gobierno que no tome el dinero con que se debe comprar el pan de sus hijos para construir túneles militares que están anticipadamente condenados a la implosión, porque serán detectados por la inteligencia israelí? ¿Qué necesita Palestina y a dónde deberían estar enfocados los llamados movimientos universitarios «pro-Palestina»? ¿No deberían pronunciarse a favor de un gobierno en Palestina que ame más a sus hijos de lo que odia a Israel, parafraseando a Golda Meyer?

o   No, no son pro-Palestina estas manifestaciones. Son antisemitas. Ellas impiden la entrada de estudiantes judíos a sus sedes, perpetuando escenas prodrómicas del holocausto, cuando los nazis acordonaron la entrada e impidieron el acceso de los judíos a la Universidad de Viena, en 1938.

o   No, no son pro-Palestina estas manifestaciones. Un grupo de jóvenes que todavía no ha escalado ninguno de los ríspidos cerros de la vida, pide con violencia al gobierno de los Estados Unidos que retire su apoyo a Israel, con el deliberado propósito de abocarlos a la destrucción.

 

Los movimientos pro-Palestina no son sino aires que soplan a favor de la agenda antisemita del Anticristo en los tiempos del fin. Su propósito final siempre será la destrucción de Israel.

Palestina... Palestina no le importa a nadie, ni a la izquierda latinoamericana, ni a Rusia, ni a Hamas, ni a la OLP, ni a los movimientos universitarios pro-Palestina. Los palestinos solo le importan a Dios.

 

 

 

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Fue consultado: «Al Descubierto». Conducido por Elina Villafañe. «¿Qué significa ser “pro-Palestina”?».

https://www.youtube.com/watch?v=RcBvUSN1UMM

Accedido: 17 de mayo de 2024, 5:10 p.m.




viernes, 24 de mayo de 2024

Tampoco lo es de ti

Todavía el alba no rompía la oscuridad de la noche, cuando vimos abrirse paso en los espacios noticiosos a la más triste nueva: «Fueron brutalmente asesinados en Haití, este jueves, 23 de mayo de 2024, los jóvenes misioneros norteamericanos Natalie y David Lloyd». Al pie del titular se presentaba, espaciosa, la imagen del matrimonio. Estaban sonrientes, entre niños haitianos a los que prohijaban con amor en el rincón más oscuro de la tierra. Eso hacían cuando las pandillas criminales les cercenaron la vida. David Lloyd tenía 23 años; su esposa, Natalie, 21. Al lado de ellos murió un haitiano bueno; se llamaba Jude Montis.

El siglo XX dio la cifra de mártires mayor de la historia. Es evidente que el XXI la dará mayor.

La evaluación de los simples dirá que no fueron guardados por Dios. A la verdad la Biblia ordena: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio…» (Mr. 16:15. RVA-2015).

«Vayan…». No dice: «Volverán…».

¿Qué explicaciones tenemos a la muerte de nuestros hermanos, Natalie y David, en plena vida de servicio? Quizá, tras debatirnos entre causales bíblicas, lleguemos a una sola conclusión: el mundo no fue digno de ellos (He. 11: 38).

Tampoco lo es de ti.



viernes, 17 de mayo de 2024

El llamado y el proceso

El llamado de Dios es claro, pero el proceso de vida que seguirá está velado al escrutinio humano. Tiene que ser así, porque el llamado es bello e inspirador, pero el proceso siguiente puede ser muy doloroso; muchos confiesan que, de haberlo conocido con antelación, no hubieran respondido al llamamiento. 
El llamado de José apuntó a la salvación de un pueblo; el proceso le llevó a la esclavitud. El llamado de Jeremías encendió la profecía preexílica; el proceso le llevó al rechazo de su pueblo. 
Si el llamado es auténtico no podrá escapar al proceso. Sepa también que, así como el carbón bajo presión se vuelve diamante, a grandes llamados siguen procesos muy difíciles. Jonás no pudo evadirlo por más que trató. En el epílogo de aquel proceso que le llevó a Nínive, están sus palabras: «Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí» (Jon. 2:3c). 
Los que predican la doctrina «Pare de sufrir» no saben lo que es un llamado, mucho menos, un proceso; lo que significó para Hudson Taylor cubrir con tierra la tumba de su pequeño hijo, en plena misión a la China; lo que significó para David Livingstone, en el África irredenta, abrazar el cuerpo sin vida de su esposa, y escribir en su diario: «La lloré porque merecía mis lágrimas...».



sábado, 11 de mayo de 2024

Aquella oración...

Es la oración más breve que aparece en la Biblia. Se pronunció en el Mar de Galilea, en una madrugada tempestuosa. Once testigos la oyeron de un pescador asustado. Se llamaba Pedro. Con no poco ímpetu y notable fe acababa de caminar sobre las aguas, cuando la furia de los vientos le quitó de golpe la seguridad interior. Comenzó entonces a hundirse y bajo el encapotado cielo que cubría aquel siniestro mar, se le oyó clamar: «¡Señor, sálvame!» (Mt. 14:30).

Ese fue el contexto. Esa fue la oración.

Jesús, que también nos oye cuando fracasa la fe, extendió su brazo a Pedro, lo puso en pie sobre las olas, y lo sostuvo seguro a su lado.

«¡Señor, sálvame!». Qué oración... Howard Hendricks llamó a estas dos palabras «la oración más hermosamente concisa de la Biblia». El colapso de la fe no era para aquel pescador de Galilea un mero cambio de silla; aquel fracaso le llevaba a la muerte...; no quedaban tiempos para argumentos, proclamaciones, siquiera recuerdos; y desde lo más profundo de sí, él alcanzó el corazón de Jesús con una oración hecha en dos palabras: «¡Señor, sálvame!». Cualquiera otra que hubiera hecho habría dado al traste con un calamitoso desastre. «¡Yo declaro!», «¡yo decreto!», ninguna de estas vanidades antropocéntricas habría hecho diferencia en aquel mar revuelto.

¿Funcionó?

Puede decirse que nadie cambió tan bruscamente desde el más completo fracaso hacia el más grandioso triunfo, porque no dice la Palabra que Pedro fuese llevado en hombros por Jesús; aquel pescador regresó a la barca caminando...

En el duro ejercicio de vivir, aun andando por fe, se fracasa más de lo que se pudiera desear. De aquella madrugada nos quedó un modelo vivo en el orar: «¡Señor, sálvame!». Es la única oración coherente con la condición humana. Es todo lo que el cielo espera oír en este «valle de lágrimas»; y nunca fue más pertinente, porque la humanidad ha enloquecido; nunca como hoy cedieron bajo nuestros pies los valores que sostenían a la humanidad: el orgullo ancestral por la familia, la hombría, la maternidad; el respeto al maestro, al anciano, al hombre sabio; el amor a la naturaleza, las artes, los libros...

Es el fin. Nos hundimos. No queda tiempo para otra oración.

El mundo está en su peor hora de oscuridad. Nunca fue más cerrada la noche, ni se defendieron con más encono los antivalores. Los vientos que rugen hoy son desconocidos por su innoble fiereza. ¿Nos abandonó Jesús? ¿Estamos solos en este mar de desesperanza? ¿No nos queda más que contemplar lúgubres el fracaso de nuestra fe? Aquel Pedro pudo pensar así.

Siervo: a través de amargas experiencias ministras. Es uno de los precios más altos del llamado. Como tú, aquel pobre pescador era un instrumento, y Jesús permitió en su vida aquella noche de tempestad, y le dejó hundirse para que a todos nos alcanzara hoy una oración como la que él hizo; para que nos aseguráramos en la tal hora acerca de qué pedir; y, finalmente, para que supieras que la misma mano que asió de Pedro asirá de ti.



sábado, 4 de mayo de 2024

Ven a la fuente

No puedo pretender vivir del agua que trae en el hueco de su mano el evangelista ungido.

No puedo en modo alguno lograr éxitos durables a expensas del noble rocío que cae en la visita pastoral.

No puedo echar raíces poderosas en aquella tierra de humedad temporal que significa el amigo con revelación.

Ellos son mensajeros benditos que te acercan el agua a la boca, y sostienen, entre golpe y golpe, el ánimo de tu ser endeble. Son preciosos, pero no podemos vivir de ellos. Vayamos a la fuente. Bebamos unidos de ella.

Apagada ya la esperanza de socorro, Agar se echó a morir, y la fuente estaba cerca: «Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho» (Gn. 21:19).

No esperes más por uno que, movido a misericordia, quiera acercar una gota de agua a tus labios, agrietados ya a fuerza de andar por este vasto desierto. Pon fin a tus desvaríos; ven a la fuente: «Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua» (Jer. 2:13). 

No dependas más de nadie. Jesús es la única fuente de plenitud y salvación. Dios abra tus ojos para que veas cuán cerca está Aquel que dijo: «...el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» (Jn. 4:14).