El noble valor del tiempo

Todo se ve mejor desde lejos, y la distancia mayor no la da el mar, sino el tiempo. En él está la perspectiva mejor. El presente es un predicador de mensajes agitados, en que se confunden amigos y enemigos, luces y sombras. Solo el tiempo escribe con tinta legible de certero escribano, y se vuelven sabios los hombres que esperan pacientes hasta poder leer el entretejido de sus páginas.

El rabino Gamaliel fue el maestro judío más respetado de su tiempo. Sus contemporáneos escribieron: “Cuando él murió, el honor de la Torá (…) pereció, la pureza y la piedad se extinguieron" (1) (2). Nadie como él llamó a usar el tiempo como juez supremo, cuando dijo a los judíos que juzgaban a los apóstoles: “Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir” (Hch. 5:38, 39). Su agudo escrutar en los misterios de Dios le llevó de algún modo a saber que, en la vida práctica de los hombres, no hay heraldo más grande de la verdad que el tiempo. Sí que fue sabio Gamaliel.

Solo a un hombre Dios dio la libertad de pedir sin límites. Se llamó Salomón; dormía en Gabaón mientras escuchó la voz célica, y a ella pidió: “corazón entendido para juzgar (…), y para discernir entre lo bueno y lo malo…” (I Re. 3:9). Complacido, Dios se lo dio. Pronto se encontró escribiendo: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora” (Ec. 3:1).

Quede para todos el legado que dejó la pluma inspirada del apóstol Pablo cuando escribió a los turbulentos corintios: “Así que, no juzguéis nada antes de tiempo…” (I Co. 4:5). Piense con cuidado, discierna con prudencia, opine con cautela; no desestime nunca la lectura tan diferenciada que, con frecuencia, da el tiempo.

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(1) Víctor Cordero.  Juan Marcos de Jerusalén. Madrid, 2011, p. 474.

(2) Artículo: “Gamaliel”. Enciclopedia católica. 
https://ec.aciprensa.com/wiki/Gamaliel Accedido el 21 de septiembre de 2019, 3:14 AM.