Translate

sábado, 2 de marzo de 2019

¿Ateísmo en el sincretismo cubano?

Se encontraba de guardia, en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Clínico Quirúrgico "General Calixto García", en El Vedado habanero, a principios de 1990, el conocido y experimentado médico intensivista cubano, Dr. Pedro Sparis Gómez, fraterno amigo. Un paciente con un infarto agudo del miocardio, súbitamente, presentó una arritmia, y a consecuencia de ella evolucionó hacia un paro cardiorespiratorio. La reanimación cardiopulmonar fue engorrosa y difícil. Este cuadro se pudo revertir. El hombre se recuperó y, para sorpresa de todos, contó la historia del tiempo que estuvo en paro. Él se vio elevado hasta el techo de la Unidad. La sala de Cuidados Intensivos del Hospital tiene dos compartimentos o salas, una para casos que requieren ventilación artificial o se encuentran en un estado deplorable, y otro para los casos más estables, donde típicamente sitúan a los pacientes infartados, que requieren obviamente mucha tranquilidad. Cuenta el paciente que él viajó hasta la otra sala en el espíritu y vio a los casos que estaban allí y al personal de asistencia. A los pocos instantes sintió una fuerza poderosa que le hizo regresar y entonces entró a su cuerpo y despertó. Se formó de inmediato una especie de «comisión» para interrogar al paciente acerca de esta curiosa experiencia y en presencia de testigos se le preguntó sobre las características físicas de los pacientes y enfermeras que estaban allí. Todo coincidió con la realidad hasta en el más mínimo detalle.

Hoy día este no es un caso aislado, perdido en un reducido mundo anecdotario. Existen documentadas investigaciones científicas, realizadas bajo los más rigurosos controles, acerca de las experiencias contadas post-mortem por parte de miles de casos cuya reanimación fue exitosa. En las décadas de 1950 y 1960 diferentes sociólogos iniciaron el estudio de la psicología de la muerte y potenciaron la aparición de programas de asesoramiento y terapias para tratar los profundos problemas emocionales asociados a la muerte que existen en la sociedad moderna. El libro sobre este tema que mayor impacto causó en la opinión pública fue Sobre la muerte y los moribundos (1969) de Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra estadounidense de origen suizo, que a sí misma se confesó una persona no religiosa (1).

El equipo dirigido por esta prestigiosa investigadora de renombre internacional se dedicó a encuestar casos con reanimación cardiopulmonar exitosa, en el contexto de un paro cardiorespiratorio, es decir, pacientes declarados clínicamente muertos y en quienes las maniobras de reanimación tuvieron éxito. Después de estudiar miles de casos se observó que muchos decían al morir tener experiencias en lugares paradisíacos de belleza y gozo, mientras tanto otros iban a dar a lugares de tormento inimaginable. En ambos casos las personas testificaban salir de sus cuerpos sin por ello perder su identidad física o mental. Si eran ciegas ahora podían ver, y al regresar a sus cuerpos ¡volvían a quedar impedidas del sentido visual! Se destacaron en las conclusiones científicas quinientos pacientes que no dejan margen de dudas en las historias que cuentan y que ofrecen datos de interés, acerca de lugares en que estuvieron, cosas todas perfectamente verificables (1) (2).

José Martí conoció la existencia de una vida que no depende de este cuerpo, que le es temporal cobijo. El escribió: “El idealismo no es (…) deseo vago de muerte, sino convicción de vida posterior que ha de merecerse con la práctica serena de la virtud en esta vida” (3).

Intuir la vida eterna no es señal de ignorancia, como por tantos años se esforzaron en hacernos creer. José Martí lo definió como “expresión superior”, mientras escribía en el contexto del ochenta cumpleaños de Víctor Hugo: “Solo los seres superiores saben cuánto es racional y necesaria la vida futura. Pues vivir, ¿qué es más que ser águila, encerrada en ruin jaula, en que viven a par búhos y palomas? ¡Ha de venir la atmósfera radiante donde puedan camino del sol, volar las águilas!” (4).

 

 

__________

 

 

(1) Elisabeth Kübler-Ross. http://bibliotecaparalapersona-epimeleia.com/greenstone/collect/libros1/index/assoc/HASH07f6.dir/doc.pdf 

(2) Hugo Vidal Vidal, Conferencias, “El hombre como ser tripartito”.

(3) José Martí, “Emerson”, La Opinión Nacional de Caracas, 19 de mayo de 1882, t. 13, p. 29. Obras Completas. Ed. electrónica. Ciudad Habana: Centro de Estudios Martianos, 2006.

(4) José Martí. “Francia”. La Opinión Nacional de Caracas, 1 de abril de 1882, Obras Completas, t. 14, p. 427. Ed. electrónica. Ciudad Habana: Centro de Estudios Martianos, 2006.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su comentario a este artículo se recibe con respeto y gratitud.