Acabo de subir a You Tube el video que recoge la apasionante historia de la Iglesia evangélica Asambleas de Dios en Baracoa, villa primada de Cuba, a través de la boca de sus pioneros. Puede disfrutarla en:
Esta es una maravillosa investigación de campo de la Iglesia central de las Asambleas de Dios de la ciudad de Baracoa.
Todos los fundadores de las Asambleas de Dios concuerdan a la hora de definir al misionero norteamericano Roy Dalton, como el fundador de las Asambleas de Dios en Baracoa. Éste comenzó inicialmente a trabajar en Sabanilla con escuelas dominicales y planes de visitación. Dolores Rosell Marzo, hija de Luis Rosell, fundadores todos de las Asambleas de Dios en Sabanilla, cuenta:
Roy Dalton llegó por el aeropuerto viejo, como le llamamos (…); llegó allá al Laurel de Sabanilla donde era mi casa. Mi papá tenía cuatro cuartes grandes y Roy Dalton tenía un cuarto y él ahí tenía todas sus cosas. Ese chalet lo quemaron más tarde los guardias. De ahí solo quedan unos pilotines en el frente de la casa. Dalton era un hermano muy consagrado al Señor. Cada vez que yo daba la vuelta por el cuarto (…) y miraba, estaba de rodillas. Se arrodillaba mucho, oraba mucho al Señor. Era una persona muy consagrada. Tenía don de sanidad. . .buscaba mucho del Señor. . . Recuerdo su rostro, siempre alegre, gozoso, a cada rato le oía que decía: “¡Aleluya, aleluya!” (…). Tenía muchas biblias, muchos libros ilustrados, tenía un acordeón, y recuerdo muy bien cuando él me enseñó un coro que decía: “//Niños como yo//Jesucristo quiere niños como yo” (…). Cuando él decía “Niños ‘como’ yo”…, me iba huyendo porque le tenía miedo, yo nunca había visto un acordeón y pensaba que ese aparato tan grande comía niños. Yo era pequeña. . .
Eran cultos de avivamiento. Recuerdo que se hacía una bulla terrible. Mi casa era muy grande, sala y saleta y en una columna que había de la sala a la saleta se paraba el hermano Roy Dalton, que sobrepasaba de alto, a dar los cultos, y aquello se llenaba y había que pasar personas para el segundo cuarto porque todo se llenaba. [Dalton] iba a distintos lugares porque llevaba el evangelio a dondequiera. Iba a Montecristo, a Sierra Verde, a Toa, Quiviján. Yo creo que no dejaron un rincón aquí en Baracoa donde Dalton y mi papá [Luis Rosell] no llevaran el evangelio.
Nelsio Legrá Jardines nos acerca a la comprensión de cómo se fue acercando el evangelio desde los campos periféricos, Sabanilla y Jobo Dulce hasta la ciudad de Baracoa. Al respecto, comienza por decirnos: “El hermano Roy Dalton (…). se había movido por diferentes lugares (…). entonces estaba interesado en dar un culto en esta zona: Jobo Dulce”. Porfirio Matos Moreira, hermano de Israel Matos (Chael), amplía: “Estuvo un primo mío, aquí en casa de mi hermano Chael [Israel Matos] para preguntarle si podía dar un culto en su casa, con un evangelista que había llegado; entonces mi hermano lo consultó con su esposa Emilia, y ella le dijo que para un baile ella no cedía su casa, pero para un culto ella si estaba dispuesta (…). Empezaron a invitar muchas amistades y vecinos”.
Anay Matos Hernández, hija de Israel Matos (Chael), ubica históricamente la fecha del primer culto pentecostal realizado en Jobo Dulce: “Mis padres, al oír hablar de este misionero, pues, gustosamente aceptaron. . . entonces el 30 de enero de 1949, vino a nuestro hogar el hermano Dalton. . . fue el primer culto en este barrio de Jobo Dulce, culto pentecostal (…). Recuerdo que esa noche se cantaron varios himnos, entre ellos: “Me hirió el pecado, fui a Jesús” … Recuerdo su mensaje que fue basado en la dracma perdida. (…). El hermano Dalton continuó visitando nuestro hogar y se siguieron dando entonces los cultos”.
Nelsio Legrá Jardines, fundador de las Asambleas de Dios en Baracoa, y sobrino-nieto del pastor bautista de Baracoa, Gabriel Jardines González, explica:
Es bueno aclarar que en esa oportunidad el hermano Israel [Matos (Chael)] no era cristiano, aunque sí creía en el Señor, por tanto, él tomó esta decisión en su condición de inconverso y aceptó que se diera el primer culto en su casa. . . Se realizó un culto impactante, bendecido. . ., el hermano [Dalton] tuvo un mensaje que fue de mucha bendición a todos los presentes; fue un culto bien nutrido, dando comienzo así a la obra pentecostal en este lugar, en Jobo Dulce. Después de ese culto se convirtió Israel Matos, su esposa Emilia y también sus dos hijas [Anay y Adis] que eran pequeñas, pero decidieron seguir al Señor también, añadiéndose paulatinamente más creyentes a esta obra. Posteriormente, cuando ya tenía cierta fuerza la obra, se compró un local donde se estableció la capilla de la Iglesia Evangélica Pentecostal. Después de establecerse aquí en Jobo Dulce, [Dalton] dejó a cargo de esta obra a Israel Matos, a quien constantemente estaba instruyendo con ese propósito, y comenzó a trabajar en la ciudad de Baracoa. Un breve tiempo después, el hermano Roy Dalton alquila un local en la calle Primero de abril, en la ciudad de Baracoa y comienza a trabajar también en la ciudad, ganando a muchos para Cristo.
Estando residiendo el hermano Dalton en la calle Primero de abril, se da un evento aquí, en Baracoa, que estremeció a esta ciudad y fue la campaña de los hermanos Jeter, [Hugh P. y Luisa Jeter] hecho que se produjo en el año 1950; fue una campaña que Dios usó poderosamente, sanando a los enfermos, libertando a endemoniados, y donde muchas almas se entregaron al Señor, fortaleciéndose grandemente la obra de las Asambleas de Dios aquí en Baracoa. Al realizarse esta campaña la congregación de los creyentes era bastante numerosa y se manejó la idea de trasladar la Iglesia del pequeño local de [la calle] Primero de abril para un local amplio que había en la calle Juración. Fue aquí, en la calle Juración, donde quedó constituida la primera Iglesia Evangélica Pentecostal [Asambleas de Dios] de Baracoa. El hermano Roy Dalton estaba al frente de toda la obra, pero llegó el momento en que debía salir a cumplir con un llamado que tenía en España. Esta obra la dejó en manos de dos hermanas misioneras que habían venido aquí a Baracoa: Maxine Richardson y Rosita [Ruth Weitkamp]. En 1952, estando atendida la obra por Maxine y Rosita, es instalado [para pastorear] el matrimonio de Carlos Anderson y Casilda Thomas.
Acerca de las misioneras dejadas a cargo de la naciente obra pentecostal, Anay Matos Hernández, hija de Israel Matos (Chael), recuerda: “Maxine [Richardson] y Rosita [Ruth Weitkamp] deseaban dar una escuela de instrucción bíblica, especialmente para los niños porque ellas tenían un ministerio muy especial para los niños y se celebró allí esa semana de educación cristiana. Recuerdo que en la clausura fue tanta la asistencia, que hubo que dar el culto fuera del local, al aire libre, bajo las matas de cocos. Fue de gran bendición y la gente estaba animada con el ministerio de ellas. Luego vinieron, de pasada, Virginia Carpenter, Raquel Maser, el matrimonio de Alva y Luisa Walker y ellos daban instrucciones bíblicas”.
Adis Matos Hernández, hija de Israel Matos (Chael), recuerda: “[A Roy Dalton] le gustaba mucho cantar el coro: “Alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor”, y “Estoy alegre, alegre, muy alegre”. Siempre estaba muy contento. Nosotros nos sentíamos muy felices al estar allí, con él, dando este culto en nuestro hogar. . . A un kilómetro de distancia de mi hogar, allí se alquiló, y se daban los cultos y las escuelas dominicales. Maxine y Rosita estuvieron una semana en casa. Maxine tocaba acordeón también”.
Manuel Alejandro Sánchez del Campo, miembro de la Iglesia “Peña de Horeb”, recuerda: “Ellas [Maxine y Rosita (Ruth Weitkamp)] se trasladaban a la zona de Cupal, Quiviján, en un carro que ellas poseían, daban escuelas dominicales en aquellos lugares y muchas fueron las personas que se convirtieron. Recuerdo que fruto de ese ministerio fue el hermano Arturo Garrido Rodríguez”.
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Octavio Ríos Verdecia. Historia de las Asambleas de Dios en Cuba. Tomo I. pp. 289-292. (Ver allí bibliografía)