El ministerio de Evan Roberts (1878-1951) (1) cambió para siempre la historia de Gran Bretaña e impactó a la mismísima Norteamérica y al mundo con el avivamiento de Gales. De origen calvinista-metodista (2), a los trece años de edad tuvo su primer encuentro con Dios (3). Desde esta primera experiencia se levantó con él uno de los ministerios más asombrosos de la historia. El poder espiritual que llegó a emanar de su persona como fruto de la intensísima vida de oración que guardó fue lo más impresionante que sus contemporáneos pudieran describir. Despertaba cada noche a la 1:00 AM para tener comunión con Dios. Oraba durante cuatro horas. A partir de las 5:00 AM dormía cuatro horas, y nuevamente oraba desde las 9:00 AM hasta el mediodía (4).
En diciembre de 1903, supo en su corazón que Dios había planeado un gran avivamiento para la comunidad de Gales. Mientras predicaba en Moriah, dijo: “He extendido mi mano y tocado la llama. Estoy ardiendo y esperando una señal” (5). Cuando se produjo el avivamiento bajo su liderazgo, los grandes y solemnes predicadores de Inglaterra y Gales se sentaron junto a los rudos y toscos trabajadores mineros para ver la obra de Dios (6).
En octubre de 1904 vio en visión un brazo que parecía estar extendido desde la Luna, apuntando hacia Gales. Había estado orando fervientemente para que cien mil almas se agregaran al reino de Dios, y entendió que había recibido esta visión como respuesta directa a sus oraciones. A partir de aquí proyectó el ministerio con todas sus fuerzas (7).
Un movimiento de intercesión se desbordaba desde el salón donde tenían lugar los servicios, y muchas veces las reuniones se extendían más allá de la medianoche, hasta las 4:00 AM del siguiente día, o por toda la noche. Las personas se reunían en la puerta de la calle para comenzar a orar a las 6:00 AM. En los dos años siguientes el nombre de Evan Roberts fue conocido por toda Gales (8). El avivamiento se extendió; los bares y los cinematógrafos cerraron; prostitutas, convertidas ahora, comenzaron a liderar estudios bíblicos: las personas pagaban deudas atrasadas; los alcohólicos venían al evangelio... (9).
Frank Bartleman, pionero del movimiento pentecostal en el siglo XX, escribió:
Un testigo presencial, inglés, escribe sobre el avivamiento de Gales: “Nunca antes he sido testigo de un amor tan grande por las almas. He visto al joven Evan Roberts convulsionando de pena, y clamando a quienes lo escuchaban para que oraran…”.
Otro escritor declara que no era la elocuencia de Evan Roberts lo que quebrantaba a los hombres, sino sus lágrimas. “Roberts se quebraba llorando amargamente para que Dios los doblegara, en una agonía de oración, con lágrimas cayendo por sus mejillas, todo su cuerpo convulsionando. Hombres fornidos se quebrantaban y lloraban como niños. Las mujeres gritaban. El sonido del llanto y el gemido llenaban el aire. Evan Roberts, en el clima de su agonía, solía caer sobre el púlpito, mientras muchos de los que estaban en la multitud se desvanecían (10).
Son bien conocidos los intercambios epistolares entre Evan Robets y Frank Bartleman; por esas cartas sabemos que Gales estaba orando por el naciente avivamiento de Los Ángeles, California. Cuánto del avivamiento de Gales estuvo por medio de aquellas oraciones en el avivamiento de Azusa Street, que empujó el movimiento pentecostal mundial, un día lo sabremos.
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(1) Robert Liardon, Los generales de Dios, T. I, Buenos Aires: Peniel, 2000, p. 93.
(2) Ibíd., p. 93.
(3) Ibíd., p. 95.
(4) Ibíd., p. 96.
(5) Ibíd.
(6) Ibíd., p. 98.
(7) Ibíd., p. 99.
(8) Ibíd., p. 100.
(9) Ibíd., p. 101.
(10) Ibíd., pp. 72, 73.